La esperada declaración de la mujer del vecino de Monte Porreiro, que está desaparecido desde 2010, días después de que se hundiera un transporte de 3.000 kilos de hachís en el Atlántico, no fue posible ayer ante su no comparecencia "por una emergencia".

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que inició ayer por urgencia el juicio por la desaparición de Bernardo Villaverde Amil, el supuesto socio del narcotraficante "Pelopincho", tras la localización de su esposa que llevaba años en paradero desconocido, se vio obligada a aplazar la vista hasta el próximo 17 de octubre.

Aún así, se procedió a la toma de declaración a los acusados, de los cuales, tres de ellos, Fernando Suárez Suárez, "El Pirata", Juan Manuel Fabeiro Torres y Juan José Chaves González se negaron a pronunciar palabra. Sí lo hizo, por primera vez Manuel Sineiro, "Machucho", un habitual de los juzgados por casos de tráfico de drogas.

Sineiro negó todos los hechos de los que se le acusan e indicó que tan solo conocía a Villaverde por haberle vendido "unos 200 metros de tierra de su propiedad". Asimismo, aseguró que lo había visitado en la semana previa a su desaparición, que fueron a Vigo a tomar algo, pero que al llegar allí Villaverde le dijo que lo dejara con unas personas que él desconocía.

A continuación prestaron declaración el Policía Nacional que tomó declaraciones a la mujer de Villaverde Amil y el jefe de la unidad antidroga el Greco Galicia, quien insistió en que llevaban tiempo siguiendo a varios de los acusados por casos relacionados con el narcotráfico y que constataron, visual y telefónicamente, que estos estuvieron juntos reunidos en un hotel en Santiago de Compostela.

El efectivo de la Policía Nacional explicó que varios de los teléfonos de los acusados estaban intervenidos por su relación con el narcotráfico y, según afirmó, en una conversación uno de ellos alude que iban a ir a visitar a alguien a su domicilio, que iban a "ganar mucho dinero" y que "unas personas iban a apretarle las costillas".

Esa conversación se produjo los días previos a la desaparición de Bernardo Villaverde quien, según relató su mujer, fue recogido en casa por varios vehículos, entre los que destaca uno que la Policía Nacional ya tenía vigilado.

Esta es la cuarta suspensión de la vista, tras la no comparecencia de la testigo clave en el caso de la desaparición de Villaverde y, según explicó uno de los letrados de la defensa, Faustino Seoane, "no nos han dado razones de por qué la testigo principal que no puede comparacer. Ya son reiteradas las incomparecencias de la testigo, sin que se nos haya aclarado por qué va de un país a otro y por qué no puede comparecer".

Si esta dinámica continúa, o bien la Fiscalía renuncia a esta declaración o la justicia de Bolivia tendrá que actuar para con ella.