Rocío Gondar González, una de las dos mujeres condenadas por el asesinato en febrero de 2014 del octogenario de Poio Secundino Prego Amil, fue hallada muerta ayer en su celda por los funcionarios de la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, en donde cumplía en estos momentos la pena de 20 años de cárcel que le fue impuesta por la Audiencia de Pontevedra.

Según confirmaron distintas fuentes, el cuerpo sin vida de Rocío Gondar fue localizado a las siete menos cuarto de la tarde de ayer en su celda, en el momento en el que las internas pueden bajar al patio después del periodo de la siesta. En principio, todo parece indicar que se trata de un suicidio.

Rocío Gondar, de 27 años, era vecina de la parroquia de Noalla, en Sanxenxo y en abril de 2016 fue condenada junto a Albertina Táboas como autoras del asesinato a golpes en su casa de Chancelas (Poio) de Secundino Prego Amil, de 84 años de edad, para quien trabajaban como sus cuidadoras. El jurado las declaró culpables de asesinato y la Sección Segunda de la Audiencia condenó a Rocío a una pena de veinte años y medio de prisión, frente a los veintidós de su compañera de banquillo, quien está cumpliendo condena actualmente en la prisión de A Lama.

Mientras que Albertina negaba los hechos, Rocío Gondar confesó el crimen casi desde un primer momento. Tras la condena, la defensa de Rocío alegó contra esta sentencia al entender que no se le había practicado una prueba fundamental que era una evaluación psicológica de la mujer dado que se insistía en que padecía un trastorno de personalidad. Sin embargo, tanto el TSXG como el Supremo rechazaron esta posibilidad y consideran que la prueba practicada en el juicio y durante la fase de instrucción había sido suficiente.

Según aquella condena dictada por la Audiencia de Pontevedra, Albertina Táboas había sido nombrada por la víctima como heredera universal unos días antes de su fallecimiento. Añadía que planeó la muerte del octogenario por miedo a que pudiera modificar su testamento y para ello le ofreció dinero a Rocío Gondar para que la ayudase a perpetrar el crimen. Así, en la madrugada del 2 de febrero de 2014, ambas lo esperaron en la vivienda en la que lo cuidaban cuando el octogenario regresaba de la discoteca La Luna de Pontevedra y acabaron con su vida asestándole más de 18 golpes utilizando una sartén, el bastón del propio fallecido y una piedra, hasta acabar con su vida.