Un indicador en rosa señala desde la N-554, a su paso por Acuña (Vilaboa), el camino para acceder a la afamada "Pedra dos Caralletes". Un enclave muy conocido por su peculiar nombre, aunque son pocos los que bajan hasta él. Se trata de un espigón con espectaculares vistas a la ensenada de San Simón y donde es habitual toparse con pescadores.

La versión más extendida sobre el origen del topónimo explica que este simpático nombre se debe la abundante presencia en el lugar de una variedad de navaja o "longueirón": los "caralletes". Sin embargo, en el litoral de la ría de Vigo encontramos otros puntos llamados "carallos" o "carallóns" que nada tienen que ver con el molusco.

El profesor Gerardo Sacau, que dedicó buena parte de su vida a estudiar la toponimia de la comarca viguesa y su entorno, explica que los nombres con la raíz "car-/carr-" (de origen preindoeuropeo) designan afloramientos rocosos, normalmente puntiagudos, o aluden a un terreno duro, plagado de piedras. Por lo tanto, el estudioso apunta que la "Pedra dos Caralletes" designaría en realidad a unas crestas rocosas que sobresalían en la superficie del mar, pero que fueron sepultadas por al construir el actual muelle.

La mayoría de los picos peñascosos del litoral comparten "car-/carr-" como sílaba inicial. Así, además de los "caralletes" de Vilaboa tenemos varios "carallóns"; los más conocidos son los de Nigrán, que durante mucho tiempo supusieron un peligro para los navegantes, ya que con marea alta corrían el riesgo de chocar con esos bajos.

Hoy, en la "Pedra" ya no se extrae el molusco. Parte del muelle se usa como aparcamiento para los trabajadores de una conservera próxima y el resto es lugar habitual para aficionados a la pesca. Aunque hay unos bancos y unas mesas de piedra a modo de merendero, su estado de conservación no es el mejor, y el espigón ofrece cierto aspecto de abandono. Su situación contrasta con la increíble panorámica de la ensenada de la ría de Vigo, donde se puede apreciar desde las salinas del Ulló, a la isla de San Simón, las Alvedosas o el monte da Peneda.