Un insólito avistamiento sorprendió el pasado viernes a un grupo de visitantes que se disponía a conocer la Illa de Tambo: una docena de quenllas en la zona de la ría entre la isla y Chancelas (pasando el puerto de Combarro). Los responsables de la asociación que organiza los recorridos guiados por el islote compartieron en sus redes sociales algunas imágenes de estas inesperadas compañeras de travesía.

"É un feito bastante excepcional a teor das explicacións dalgúns mariñeiros. Fomos afortunados de poder contemplalos, e é un alicente máis para potenciar as visitas (a Tambo), pois se ben os arroaces adoitan ser compañeiros habituais, o espectáculo destes pequenos tiburóns foi algo inesquecible", explicó la Irmandade Illa de Tambo en su Facebook.

Es cierto que este nutrido avistamiento es una novedad en la ría de Pontevedra, pero viene acompañado por la presencia más escualos en la ría de Vigo. Estos ejemplares han corrido distinta suerte: desde su varamiento y muerte a continuar con su travesía por las aguas del litoral pontevedrés.

El biólogo del CEMMA (Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños) Alfredo López sostiene que la llegada de estos pequeños tiburones a las Rías Baixas se debe al aumento de la temperatura del mar. En un artículo publicado hace unos días estudia los recientes avistamientos de "Prionace glauca" por toda la costa gallega. Destaca que se trata de un fenómeno reciente, que se ha venido reproduciendo en los últimos 5 o 6 años.

Así, explica que los ejemplares juveniles de quenlla (de entre 50 y 70 centímetros) se adentran en las aguas poco profundas de la costa para alimentarse. Mientras que los adultos se mueven en un amplio margen de temperaturas, entre los 8 y los 27 grados, los jóvenes prefieren aguas entre los 13 y 18 grados, habituales en nuestro litoral.

¿Qué hacer si vemos quenllas cerca de la costa?

Alfredo López da unas claves para preservar a estos escualos, ya que son muy vulnerables porque pueden varar con las mareas bajas, ser presas de capturas accidentales o deportivas, o ser importunados por bañistas.

Los ejemplares jóvenes de quenlla son totalmente inofensivos. Si varan y continúan con vida, el biólogo recomienda envolverlos en una toalla y devolverlos al mar. Alertar a los socorristas, al 112 o a la Rede de Varamentos mediante una llamada ou wasap con foto al 686989008 (activo 24 h) tanto si están vivos como muertos.