"Preciosa criatura, mi idolatrada nieta; nada puedo ofrecerte hoy por ser tu bautizo; ¡Más ahí te va mi alma sublime de poeta! Que es una caracola de hondas sonoridades, que es una dulce llegada de amor 'peremne' bueno, que es una estrella rútila que brilla en mi alta noche, ¡De mi exilio bucólico, silente y nazareno! Cual una enredadera de besos y de flores en torno de tu cuna son mis versos dorados, que en bendiciones trémulas e inaccesibles dichas ¡Lleva el viento del norte de mis lares amados!".

Son los versos que Herminia Fariña Cobián dejó en herencia a una de sus nietas bajo el título'Tarjeta postal a mi nieta Silvia'. Hoy es aquella "preciosa criatura" e "idolatrada nieta" quien intenta rescatar del cajón del olvido a la poetisa gallega y a esa segunda madre que la vida no le permitió llegar a conocer.

-Su abuela fallece cuando usted es apenas un bebé, ¿cómo llega a conocerla?

-Comienzo a ser consciente en las visitas familiares a la antigua casa en la que vivió sus últimos años, en Simes. Una casa ya en ruinas y cuyos vecinos comentaban que mi abuela era una referente.

-¿Qué reliquias suyas guarda para su recuerdo?

-Atesoro sus libros, aunque no los tengo todos, y algunos objetos de esa casa familiar, como es el cuadro de mi bisabuelo.

-¿A qué edad se interesa por sus obras literarias y cómo nace su interés por su literatura?

-Sin duda la aproximación a la figura literaria de mi abuela se incrementa en mi adolescencia, con el discurrir académico y mi interés por la lectura en general y la poesía en particular.

-¿Qué es lo primero que lee de ella?

-Lo primero que leo son esos poemas 'sueltos' con los que colaboraba en diferentes periódicos y que cuando yo era niña mi padre transcribía a máquina.

-¿Qué anécdota o aspecto de los que va conociendo con el tiempo le impacta o le llama más la atención sobre su persona?

-Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue el que me señaló alguien que la conoció: su particular sentido del humor e ironía con la que ilustraba las anécdotas más variopintas.

-Durante años, ha intentado recuperar su figura como mujer pionera, dramaturga y poeta, ¿por qué cree que no se le reconoce como debiera?

-Me parece muy triste que una mujer que comienza a publicar su obra con 15 años, que es pionera en el uso del gallego en un tiempo en el que el idioma era menospreciado, que incluso escribe libretos de teatro con un grandísimo éxito, pues que a día de hoy, que su nombre sólo evoque una calle, resulta descorazonador. Sí he de decir que como precursora del teatro en Galicia está reconocida.

-¿Considera que el hecho de ser mujer influye en esta invisibilización?

-Sin duda. Quien conozca mínimamente su trayectoria vital sabe que fue un mujer independiente y fuerte, que más allá de nuestras fronteras, portó con orgullo su galleguismo, pero la historia la olvida, lo que no pasa con los hombres.

-¿Qué dificultó recuperar su memoria hasta ahora?

-Para sonrojo de algunos, en mi opinión, se ha querido ligar su figura literaria con controversias de índole política, intentando menoscabar su mérito como escritora.