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Un estudio de la UVigo fija en 7 km/h la velocidad máxima de patinetes en aceras y 20 en carril bici

El trabajo analiza la percepción de los peatones y las características de los vehículos y propone medidas para reducir riesgos y lograr la convivencia -El 98% de los transeúntes se sienten inseguros

Un estudio de la UVigo fija en 7 km/h la velocidad máxima de patinetes en aceras y 20 en carril bici

La convivencia entre peatones y la marea de patinetes eléctricos que ha inundado las ciudades sin dar tiempo a los ayuntamientos de elaborar reglamentos es posible y necesaria. Un estudio desarrollado en la Universidad de Vigo analiza los problemas que perciben los peatones y propone una serie de soluciones para que los vehículos de movilidad personal (VPM) circulen sin riesgo incluso en los espacios destinados a los transeúntes. Este decálogo para lograr la coexistencia incluye, entre otras medidas, una velocidad máxima de 7 y 20 kilómetros por hora en las zonas peatonales y los carriles bici, respectivamente, además de mantener una distancia de 2 y 8 metros en cada uno de estos casos.

En 2018 se registraron en España 273 accidentes y 5 víctimas mortales, entre ellas, un niño de Badajoz que perdió el control de su "hoverboard" y fue atropellado por un autobús. La cifra podría triplicarse este año, según las previsiones, y el Defensor del Pueblo ya ha urgido a las administraciones implicadas a regular la circulación en patinetes eléctricos. Vigo, donde ya se han registrado varios siniestros por colisión o por conducción bajo los efectos de alcohol y drogas, prepara su normativa a la espera de que el Gobierno central presente el reglamento a nivel nacional.

La necesidad de regularizar a los VPM apremia. Sin embargo, apenas existen estudios en los que apoyarse. Carmen Lázaro, ingeniera en Tecnologías Industriales, ha dado un primer paso con su trabajo fin de grado para conocer la realidad de los patinetes eléctricos disponibles en el mercado, analizar la percepción de los viandantes sobre su uso y plantear mejoras de cara a lograr la convivencia.

La autora del estudio realizó 210 encuestas a peatones y conductores de todas las edades y residentes en ciudades de diferentes tamaños de Galicia, Cataluña, Madrid, País Vasco o Navarra. "Madrid y Barcelona fueron las primeras en legislar, pero los patinetes también son un problema en las urbes más pequeñas y peatonales como Pontevedra. La mayoría de los encuestados, el 98%, se sienten inseguros frente a los patinetes eléctricos, el 96,5% considera necesario, como peatón, que estos vehículos cumplan unos requisitos mínimos y un 97% responde que no dejaría utilizarlos a un hijo menor de 14 años. En Madrid está prohibido antes de los 16 y en Barcelona es una recomendación. Las pasadas navidades repartieron un folleto en el que advertían que no es un juguete", apunta sobre los resultados.

"La gente es consciente de lo peligrosos que pueden ser y la mayoría considera que son necesarios estudios y medidas que reduzcan estos peligros", destaca.

La inseguridad más común entre los encuestados es que los patinetes circulen a una velocidad superior a 20 km/h. "Algunos no pasan de los 5 km/h, pero otros llegan hasta los 60 y además son demasiado fáciles de manipular para superar los límites establecidos", advierte Carmen Lázaro.

Ser consciente de las consecuencias de un accidente -16%-, la irrupción súbita de un patinete en el camino -15%- o el no ser visto con suficiente antelación -15%- son otras de las principales preocupaciones de los peatones.

De hecho, los tres accidentes más referidos por los entrevistados son el atropello en un paso de cebra, la colisión al acceder a la calle desde un portal o verse arrollado por la espalda.

Tras analizar las características técnicas de los patinetes que se comercializan actualmente, Carmen Lázaro determinó la velocidad máxima a la que deberían circular teniendo en cuenta el tiempo que tardarían en detenerse ante un obstáculo, ya sea un peatón o un vehículo.

"Es posible hacer un patinete más seguro. Lo ideal es que circulen por el carril bici, pero también pueden ir por la acera a la velocidad adecuada", sostiene convencida la ingeniería que, entre sus recomendaciones, incluye un polímero en torno al vehículo para reducir la lesividad en caso de chocar contra un viandante, limitar el número máximo de personas al conductor e incluir un sensor de peso que adecue la velocidad al mismo.

"Son soluciones más complejas pero estos dispositivos aumentan la seguridad y por eso también propongo un sensor de proximidad para que reduzca la velocidad si detecta un obstáculo", apunta.

Las recomendaciones incluyen manillares con diseñados ergonómicos que faciliten que el tiempo de reacción sea el mínimo posible, la emisión de sonidos de precaución, una luz azul verdosa que no deslumbre y advierta a los peatones de que se acerca un patinete, baterías de litio certificadas para resistir a los golpes con IP54, y ruedas de caucho hinchable para mejorar la amortiguación, con cámara de aire, 25 centímetros de diámetro y dibujo obligatorio, especialmente para adaptarse a los carriles bici y los días de lluvia.

Y en el caso de los conductores, aunque este aspecto no está incluido en el estudio, "el casco tiene que ser obligatorio siempre".

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