-El suicidio continúa siendo en la actualidad un tema tabú entre la sociedad e incluso se afirma que la publicación en los medios de comunicación sobre reportajes y entrevistas sobre este tema puede provocar un efecto llamada, ¿qué opina usted al respecto? ¿Deberíamos hablar más sobre ello?
-No hay una respuesta única para esta pregunta, ya que puede ser un arma de doble filo. Hay estudios que sí afirman que se puede provocar un efecto llamada e incluso se han registrado epidemias suicidas porque, por ejemplo, dentro de subgrupos como el de los adolescentes, es muy claro el concepto del suicidio compartido.
Asimismo, hacer mucha incidencia en noticias como la de los conductores suicidas o la de los pirómanos sí puede generar efecto llamada, pero desde mi punto de vista , aunque esto sea así, es peor no abordarlo que tratarlo con sensibilidad, ya que en determinados segmentos de la población se podrían prevenir, no a lo mejor por la propia persona, pero sí por su entorno, que podrían detectar determinados comportamientos o señales que les harían saltar las alarmas para adoptar algún tipo de solución.
-¿A qué segmentos de población se refiere?
-Personas de edad avanzada que viven solas o que tienen a su cargo a otra persona mayor o a una persona dependiente y, sobre todo, adolescentes.
-¿Qué medidas preventivas se podrían adoptar en estos casos?
-Un control rutinario a esas personas de mayor edad, como una simple llamada de teléfono y estar atentos a la manera en la que se expresa, si están desbordados por el hecho de ejercer un rol de cuidador o por la soledad, lo cual permitirá actuar y facilitar que la persona responsable de la asistencia social en los concellos pueda actuar.
Entre los adolescentes, aunque cuantitativamente el suicidio es menor, es un golpe muy duro para la familia. Normalmente suelen ser niñas y niños muy reservados, cambian su comportamiento, y a menudo es porque están siendo objeto de algún tipo de abuso.
