Iria Fernández Silva, experta en genómica aplicada a la biodiversidad marina, se incorporó a la Universidad de Vigo en 2017 tras desarrollar una parte importante de su carrera en el Instituto de Biología Marina de Hawái, la Universidad de Ryukyus (Okinawa) y la Academia de Ciencias de California. Y esta dilatada experiencia internacional se traduce en una extensa red de contactos.

"Desarrollo investigaciones vinculadas con Galicia pero también considero que es muy importante mantener mi línea de los arrecifes de coral. Estudiar estos ecosistemas es una responsabilidad global. Suponen el 25% de la biodiversidad marina y dan sustento a 500 millones de personas en todo el mundo a través de la pesca y el turismo. A igual que el Amazonas, se trata de un ecosistema que necesitamos. Y para poder seguir estudiando es muy importante mantener estas relaciones internacionales", explica.

"Todo está interconectado. James Reimer, Taha Soliman y yo tenemos varios estudios sobre la holoturia o pepino de mar en los arrecifes de coral, donde está sobre explotada. Y por eso ahora también s extrae aquí. Se trata de un efecto bola de nieve", añade.

Además los resultados siempre abren nuevos horizontes de interés para otros ecosistemas. Fernández Silva refiere la existencia de otro estudio similar al de Palau, pero realizado con mejillones de California y que evidencia diferencias genéticas entre los individuos que habitaban las zonas más o menos soleadas de las rocas. "Si lo trasladásemos a Galicia es como si vivir en el litoral de Vigo o A Coruña tuviese menos impacto que estar más o menos expuesto al calor y la sequedad en la misma ría", compara.