El patrón mayor de San Telmo, César Rodríguez, señaló que incluso cuando los cuerpos de seguridad tienen la ocasión de atrapar a alguno de estos furtivos y decomisarles la almeja extraída ilegalmente, el castigo que reciben no sirve para reconducir su comportamiento.

La introducción en el Código Penal del furtivismo como delito se vio como una esperanza para el sector, figura delictiva que se reserva para casos graves o muy reiterados, como ocurre en muchos de estos mariscadores ilegales. No obstante, es raro que estas intervenciones acaben con el caso en la vía penal. "La mayoría se resuelven con sanciones administrativas que no bastan, dado que la mayoría acumula un gran número de ellas sin pagar y les da igual", explica el patrón mayor. Se trata de personas en muchas ocasiones insolventes a las que tampoco les afectan posibles embargos. También hubo casos de decomisos de los vehículos que utilizan, pero "la mayoría son de terceros y al no ser de su propiedad no se les pueden sacar". En cualquier caso, en las últimas semanas la Guarda Civil sí investigó por la vía penal, un posible delito contra la fauna, a un percebeiro furtivo en Baiona que acumulaba reiteradas sanciones.