El puente colgante de Calvelo, en Cerdedo-Cotobade, es uno de los más bellos de Galicia. Y también de los más impresionantes, ya que cruzar su chirriante estructura no es una hazaña al alcance de todos. Su altura y longitud imponen respeto: casi 30 metros de largo y hasta unos 15 de altura sobre el nivel del Lérez. El balanceo, que se intensifica a cada paso, es otro de los factores con los que este gigante sobre las aguas arredra a los extraños.

La pasarela, propiedad del Concello, une las orillas de Calvelo y A Retorta. Es el único paso que conecta ambas márgenes del río en kilómetros. Más allá de cruzarlo, o intentarlo, los visitantes pueden disfrutar de la belleza del valle del Lérez y pasar el rato en la pequeña playa fluvial o en el área recreativa.

En el entorno existe un aparcamiento que constituye el último punto hasta donde llegar en coche. A partir de ahí, unas pasarelas y escaleras de madera conducen hacia el puente colgante y la playa.

El Concello de Cerdedo-Cotobade mejoró los accesos al puente colgante y a la playa fluvial a comienzos de este verano. Pavimentó la carretera que lleva al aparcamiento y renovó el firme del paseo que conduce a la pasarela.