"Es un trabajo callado pero importantísimo, especialmente si pensamos en que son productos procedentes de países con una legislación mucho más permisiva que la nuestra y que podrían resultar peligrosos para la salud", recuerda la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, a propósito de la labor que desarrollan los servicios de Sanidad Exterior, Farmacia, Sanidad Animal y Vegetal, todos ellos dependientes de la administración central. Se trata de equipos formados por inspectores, interinos y coordinadores que supervisan la entrada por los puertos de medicamentos, piensos, lotes de madera etc.

En la provincia de Pontevedra la importación de este tipo de productos se lleva a cabo a través de los Puntos de Inspección Fronteriza (PIF) ubicados en los puertos de Vigo, Marín y Vilagarcía, además del en el aeropuerto de Peinador. En ellos los inspectores llevaron a cabo durante el pasado año más de 10.500 análisis de distintos lotes.

En el caso del puerto de Marín, indican los portavoces de la Subdelegación, "los servicios de Sanidad Vegetal, sobre todo, ejercen una labor de control con productos como la madera en tableros para la exportación y la importación de fruta".

Por su parte, los inspectores de Sanidad Animal vigilan la entrada de piensos, forraje, soja y harina de pescado para la alimentación de la cabaña ganadera. Se obtienen muestras a fin de realizar una analítica de cada partida y los técnicos vigilan en especial la presencia de restos de bovinos.

El objetivo es frenar la entrada de lotes que pudiesen provocar encefalopatía espongiforme, el denominado "mal de las vacas locas", enfermedad causada por priones que puede transmitirse a los humanos a través del consumo de partes de animales infectados, singularmente tejidos nerviosos.

En general, el servicio de Sanidad Exterior "se responsabiliza del control de las condiciones higiénico sanitarias de productos alimenticios y alimentarios, tanto de origen animal como no animal, destinados al consumo humano, en importación y tráfico internacional. Asimismo sus funciones incluyen el control, la vigilancia higiénico sanitaria y la tramitación de autorizaciones de las instalaciones fronterizas de control sanitario de mercancías en puertos, aeropuerto y recintos aduaneros", señalan los portavoces de la Subdelegación.

El servicio de Sanidad Animal abrió unos 8.000 expedientes a lo largo del pasado año relacionados con la exportación a países no comunitarios de animales vivos, productos de origen animal, lotes para alimentar a la cabaña ganaderas y medicamentos veterinarios.

También puso en marcha 417 expedientes de importaciones para consumo no humano en los tres PIF. En estas inspecciones destacan "los productos de origen animal como harinas de pescado y aceites, y de origen vegetal, como los que traen barcos graneleros con materia prima para piensos, tipo trigo, maíz etc".

Por su parte, el servicio de Sanidad Vegetal supervisó 529 exportaciones y 1.697 importaciones. Su actividad se centra en el control fitosanitario de productos vegetales, muy especialmente la madera y fruta fresca para el consumo.

Sanidad Exterior también atendió durante el pasado año a casi 4.000 personas ya que sus cometidos incluyen la vacunación internacional y la inspección higiénico sanitaria en buques (certificado de control de sanidad).

En concreto, en 2018 realizó 870 inspecciones de buques en puertos y abrió expedientes por 74 infracciones.

Los servicios dependientes de la Subdelegación dedicados a minimizar los posibles riesgos para la salud pública, la sanidad, el medio ambiente y el bienestar animal derivados del tránsito de mercancías también incluyen un departamento de Farmacia.

Éste se centra en el control sanitario de la importación de los productos farmacéuticos, así como en la supervisión de la exportación de medicamentos, hemoderivados, psicótropos y estupefacientes.

A propósito de la normativa que se aplica, los portavoces de la Subdelegación indican que "es la misma en toda la Unión Europea y deriva de varias directivas comunitarias que fijan, en primer lugar, los puntos autorizados para la importación de los productos y, luego las condiciones de la documentación que deben traer las importaciones para poder acceder" al espacio comunitario.

Cada servicio incluye una media de 3 inspectores, además de los coordinadores, cuya labor depende técnicamente de los ministerios de Sanidad y Agricultura, Pesca y Alimentación.