Dos años de prisión y una multa de 9 meses a razón de tres euros al día. Esta es la pena que aceptó un hombre nacido en Pontevedra hace 33 años que reconoció ser autor de dos delitos continuados de falsedad documental y estafa para intentar quedarse con parte de una herencia que la fallecida había donado a la Iglesia.

En una sentencia datada en julio pasado, la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra pone fin a un largo litigio que se inició en 2014, cuando la Iglesia quiso inscribir varios de los bienes que había recibido en herencia de una mujer pero comprobó que uno de ellos figuraba en el catastro a nombre del acusado.

La Iglesia, heredera

Según el fallo, un año antes, en julio de 2013, había fallecido en una residencia de Vilaboa esta mujer que en su último testamento realizado en 2006 ante un notario de Cuntis expresó su voluntad de hacer heredera universal de todos sus bienes a la Iglesia. Especificaba, además, que su herencia se destinase a "satisfacer las necesidades" de una concreta parroquia del municipio de Moraña, y especialmente a la conservación y mantenimiento del templo parroquial.

La sentencia, dictada con la conformidad de la partes, explica que unos meses después esta mujer ingresó en la citada residencia en la que falleció en julio de 2013. Según el fallo, el acusado, aprovechando las visitas que realizó a esta mujer durante su estancia en su residencia, así como que esta persona no estaba en condiciones ya de comprender el alcance de algunos de los actos ejecutados por el procesado (quien también era consciente de ello), elaboró una serie de documentación "inauténtica" que tenía como objetivo "hacerse con una y otras propiedades" de esta mujer y que ella pretendía dejar en herencia a la Iglesia.

Con este objetivo llegó a elaborar una serie de documentación, hasta 13 según el tribunal, para quedarse con esta vivienda e intentar incluso hacerse con algún predio más. Documentación que presentó ante distintos organismos, desde al delegación de la Consellería de Economía y Facenda de la Xunta a la gerencia del Catastro en Pontevedra.

Así, llegó a simular una sucesión de esta vivienda a favor del encausado. Esta documentación incluso el acusado la volvió a presentar cuando en 2014 el Arzobispado presentó una demanda civil contra el procesado por la titularidad de la vivienda que había hederado de la fallecida.

Reparación del daño

Tiempo después, el acusado reconoció los hechos, e incluso realizó ante notario en A Estrada una escritura de donación a la Iglesia que permitió que ahora la Audienica le aplicase la circunstancia atenuante de reparación del daño a la hora de imponer la condena.