Tras más de dos años de investigaciones en archivos, José Pidre presenta "Pontevedra, el despertar de la villa", una obra en la que ahonda en aspectos clave del tránsito al siglo XIX y XX en la ciudad del Lérez como el papel de las ferias o el derribo de la muralla.

- En su libro profundiza en una etapa poco conocida de la historia de Pontevedra.

-Muy poco conocida, va desde finales del XIX a principios del XX y sobre eso se escribió muy poco.

- ¿Qué sucede en ese momento histórico en la ciudad?

-El derribo de las Torres Arzobispales cambia completamente el concepto de ciudad. Ahí se plantea si conservar las murallas y crecer dentro de ellas hacia arriba o tirarlas y crecer hacia afuera. Hoy en día sería una gran barbaridad lo que hicieron, ya que optan por tirar las murallas. Y bajo mi punto de vista se mezcla eso y lo que ya empieza a ser un negocio inmobiliario porque, claro, el derribo de las murallas fue todo un negocio de especulación inmobiliaria más. Simplemente hay que pensar entre Peregrina y Santa María todo lo que se construyó alrededor de las murallas. Un gran tramo de Michelena, que entonces se llamaba la Poza das Ras y era un lodazal, lo compra Riestra y lo construye, si se fija en esa calle desde Fernández Villaverde al antiguo Ayuntamiento todos los edificios son de Riestra.

- Incluso el actual Concello.

-Claro, incluso. Y es más, desde el antiguo Concello hasta Santa María vende los terrenos a las Méndez Núñez. Eso todo Riestra lo compra en ese momento y, claro, es un negocio inmobiliario impresionante.

- Así que la especulación no floreció con nosotros.

-Ni mucho menos.

- Hoy ese derribo lo vemos con espanto.

-Es que pudimos haber sido, sí, como Lugo u otras villas amuralladas europeas, era una obra que sin duda debió haberse conservado. Pero tenemos que pensar que la perspectiva no es la de ahora, por ejemplo el arquitecto municipal, que no era tal porque entonces no tenía el título, Sesmero, habla de las Ruinas de Santo Domingo (que no olvidemos que lo que queda se debe a Casto Sampedro, otras de las personas que Pontevedra debería reconocer) y plantea trasladarlas, así que ya ve que no había reparos en ese tipo de intervenciones que hoy nos parecen errores históricos.

- ¿Hay en ese momento otros ejemplos de especulación?

-Otro clarísimo es el campo de la feria. La feria estaba aquí ( la entrevista se hace en A Ferrería) y en días alternos, es decir cuando era de ganado no se vendía ni ropa, ni zapatos, cacharrería de cocina etc. Pero había días festivos en los que se mezclaban ganado y ropa y en uno de esos cruces se montó un gran lío, por lo que fuera el ganado rompió muchos cacharros y trasladan la feria inmediatamente porque, claro, saben que es un peligro. La trasladan a la plaza de San José, pero tenía el problema de que los feriantes no tenían que pasar por puerta, con lo que la mitad no pagaban y la recaudación bajaba.

- ¿Tan relevante era la feria?

-El negocio era impresionante, he llegado a contabilizar trenes especiales con más de 18 vagones llenos de ganado que salían de la feria de Pontevedra para Castilla, era un movimiento impresionante de dinero. Imagine además el movimiento que supone, no solo los ganaderos sino los que venían a comprar o a trabajar. En esa época como poco una o dos noches pernoctaban en la ciudad. Y se ve en que entonces época había más hoteles que hoy en día en Pontevedra.

- ¿También la plaza de toros era un motor económico?

-Un motor muy importante, dese cuenta de que había trenes especiales desde Portugal con aficionados que venían a los toros. El presidente de la plaza de madera era el cuñado de Riestra, que muere muy joven, y digamos que la plaza se disuelve. En ese momento no hay toros en la ciudad y todos los comerciantes y vecinos notan el bajón espectacular, así que se monta una asociación de pontevedreses que dicen que hay que construir la plaza, pero en condiciones. Y se hace la plaza de piedra.

- ¿Por qué la obra de la plaza de toros fue tan especial?

-Fue una obra impresionante, primero por quién la hace, un pontevedrés que ni era arquitecto ni nada. Es verdad que visita otras plazas, como las de Madrid o Sevilla, para construir ésta, pero él consigue hacer una plaza de piedra con unas características muy especiales, entre ellas la visibilidad, que es total desde cualquier sitio, y los corrales para el ganado, infrecuentes en la época ya que las plazas contaban con uno solo, mientras que la de Pontevedra tiene varios que permiten abrir uno u otro. Y otro tema importante es la recogida de aguas, tanto del ruedo como de los tendidos, que se hacen con una inclinación precisa para que escurra el agua, algo que no pasa en otras plazas en las que cuando llueve queda encharcado tanto el tendido como el ruedo. Es una plaza en ese momento de las más modernas.

- En el libro también profundiza en la historia de las casas de baños.

-A finales del siglo XIX las casas de baños están en pleno auge, hay un renacer. La primera en Pontevedra de la que tengo constancia es una al final del Campo de Xan Guillerme ( actual Campo do Boi) una pequeña casa en la que Riestra monta la casa de baños más grande que hubo.

- ¿No se llamaba la casa de baños de Fonseca?

-Sí, todo el mundo le llama de Fonseca, pero quien la monta es Riestra, que utilizaba a Fonseca de testaferro. En la documentación original se ve que todos los permisos que Fonseca necesita es en nombre de Riestra, que posteriormente se la vende; o al menos así consta, pero dada la relación que tenían seguramente se la regala, porque Fonseca también está metido en temas de la isla de A Toxa, vamos que en todo lo que está Riestra este abogado siempre aparece.

- Parece que en la Pontevedra de la época una y otra vez se repiten los mismos nombres: Riestra, Montero Ríos, González Besada?

-Sobre todo Riestra, en esta época el predominante ya es Riestra, es un hombre que en Pontevedra no se hace nada sin él.

- Las fábricas, negocios inmobiliarios en toda la provincia, la casa de baños o promover la implantación de la luz eléctrica. Riestra lo hace todo.

-Sí, hizo todo, sí, primero porque era una persona muy influyente y porque bajo mi punto de vista era una persona muy inteligente. Prueba de ello es que nunca hizo nada solo, tenía muchos proyectos pero siempre tuvo la habilidad de implicar en ellos a otra gente; él hacía la fábrica en Vigo de harinas y metía a Massó, aquí compraba la muralla y metía a Alejandro Mon, siempre buscaba a alguien, nunca lo hacía solo, en mi opinión es su gran habilidad, porque nunca aparece como el clásico señor que quiere acaparar, aunque en la sombra es quien maneja todo. Bueno, su testamento es alucinante, un delirio que da para vivir no cien años sino cien siglos, no me explico cómo sus herederos lo pudieron fundir, se lo prometo que se quedaría asustada: propiedades en Tui, Redondela, Vigo, Porriño, Pontevedra, Caldas, Vilagarcía, Vilanova de Arousa, Portas? En todos lados, claro, no me extraña que dijesen en la época de que en España había una provincia más, que era la de Riestra, pues es verdad. Y el factótum de Pontevedra es Riestra, había gente con influencia como Montero Ríos o González Besada (otro de los que por Pontevedra hizo muchísimo, fue el que hizo todas las calles y nunca entró en el juego político) pero Riestra está detrás de todo.