La asociación que promueve Vacacións en paz, Solidaridade Galega co Pobo Saharaui, se había propuesto un ambicioso reto para este verano, conseguir 150 nuevas familias de acogida y lo da por cumplido.

Así, participan este año en el programa 45 niños más que en el 2018.

Por delante queda apenas un mes hasta que toque el regreso a su país. Durante este tiempo, los pequeños tendrán un respiro de los 50 grados que soportaban en los campamentos de refugiados, al tiempo que podrán acceder a revisiones médicas y mejorar notablemente su calidad de vida junto a las familias de acogida.

Un acuerdo con el Sergas permite que disfruten de cobertura sanitaria durante su estancia en Galicia, que incluye atención primaria y especializada y prestaciones farmacéuticas.

De hecho, a la visita al concello de los 10 niños que pasan sus vacaciones en Pontevedra, dos de ellos no pudieron asistir a la recepción porque estaban siendo intervenidos quirúrgicamente, uno de ellos del corazón.