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Cristina Angulo: "La mayoría de los jóvenes no tiene claro que se puede decir que no durante el sexo"

La psicóloga pontevedresa recuerda que la gran lección es "saber que cada ser humano puede aprender de su sexualidad"

La psicóloga y sexóloga Cristina Angulo. // FdV

"No hay que poner tabús para ver el sexo como algo natural". La psicóloga y sexóloga pontevedresa Cristina Angulo subraya, con motivo de la celebración del Día del Orgasmo Femenino, que "cada ser humano puede aprender de su sexualidad" y que es importante saber decir que "no" y saber reconocer ese "no" en cualquier relación íntima para poder disfrutar de un sexo en libertad y con respeto.

-¿Por qué es tan importante hablar del orgasmo femenino?

-Hay que visibilizar la sexualidad femenina, porque parece que solo los hombres tienen orgasmos, cuando los seres humanos somos sexuados. Un orgasmo lo podemos tener los dos.

-¿Es imprescindible el orgasmo para que el acto sexual se pueda considerar exitoso?

-Es una meta que nos hemos marcado todos, pero una buena relación sexual no necesita acabar con un orgasmo. Lo importante es vivir una relación desde el placer, desde el respeto y, sobre todo, disfrutando. El disfrute en la relación sexual es la clave. Si te gusta, adelante, y si no te gusta hay que saber decir no. El orgasmo es una respuesta sexual humana. El cuerpo puede generar un orgasmo, pero hay muchísimas personas que no llegan a él y viven unas relaciones sexuales felices.

-¿Por qué ocurre esto?, ¿son motivos físicos o psicológicos?

-Hay un poco de todo. Puede ser que tengas un problema físico y que por eso no lo alcances. La mente y el deseo sexual son muy importantes. No todo el mundo sabe trabajar desde el deseo. A mucha gente le cuesta llegar porque no saben reconocer el momento en el que llegan al orgasmo. Creo que nos falta conocimiento de qué es un orgasmo y qué pasa en el cuerpo cuando lo tenemos.

-¿A qué se debe?

-Por ejemplo, en las películas "porno" y en toda la teoría de la sexología parece que los orgasmos tienen que ir acompañados de gritos. Puedes tener un orgasmo simplemente porque te roce un pantalón y sientes ese placer. Las mujeres tenemos el clítoris, un órgano que ha nacido solo para el placer. Si no sabemos cómo estimularlo es más difícil. El gran aprendizaje para las mujeres es el de tocarnos desde el placer y ver qué es lo que nos gusta. Que con las parejas que tengamos, masculinas o femeninas, queramos jugar y pedir lo que nos gusta. Recibir y conocer el cuerpo. Si no te tocas tú, ¿cómo vas a pedirle a otra persona que te toque?, si no sabes lo que te gusta...

-¿Tiene más opciones la mujer que el hombre para llegar al orgasmo?

-A ti si te tocan o si tienes sexo oral puedes tener un orgasmo, no te hace falta más ni la penetración. Lo que pasa es que la educación patriarcal lleva a pensar otras cosas. Una de las cuestiones más importantes para llegar al orgasmo es cómo estés tú mentalmente. Es necesario ese momento de desconexión para que estés bien contigo misma y dejarte llevar. El problema es llegar al orgasmo porque la mayoría de las personas lo queremos tener todo controlado. Aprender a relajarse y a disfrutar es básico.

-Ese disfrute es relativamente reciente y no hay que ir muchas generaciones atrás para encontrar sentimientos de culpabilidad en las mujeres durante el acto sexual...

-Sí. Piensa que antes las que parecía que disfrutaban eran las prostitutas, porque eran las que sabían. La religión te decía que tenías que ser casta y pura. Eso de gritar... Antes estaba mal visto tener placer desde las relaciones sexuales, cuyo fin era la procreación.

-¿Están dando las nuevas generaciones un paso atrás en ese disfrute con el "aquí te pillo, aquí te mato"?

-Siento que falta mucha educación sexual. Tú puedes estar en un momento de pasión y pasar algo así, urgente. Pero realmente el sexo no es reggaeton "Dale Don Dale". Hay sexo maravilloso de una noche, pero para tener una relación sexual plena tiene que haber también una conexión mental.

-¿De qué modo influyen en los jóvenes ciertas tendencias musicales, el cine, la publicidad...?

-Yo estuve dando clases de educación este año y de lo que me doy cuenta es de que la mayoría de los jóvenes no tienen claro que se puede decir que no, que en un determinado momento tú puedes decir "hasta aquí". El gran aprendizaje es que debemos saber que cada ser humano puede aprender de su sexualidad. No hay que poner tabús para poder ver el sexo como algo natural. Si tú hablas con tus amigas, con naturalidad, el sexo es algo divertido que te permite disfrutar de otra manera. Eso es lo que nos falta por descubrir.

-¿Qué puede llevar a confundir las violaciones grupales como sexo entre amigos?

-Si la gente tiene ganas de tener sexo en grupo, orgías, como dirían los romanos, y están todos de acuerdo, desde el pleno respeto, es excelente. La cuestión es que todos, sin excepción, estén de acuerdo. Hay muchas clases de sexualidad. La clave está en elegir. Si decimos "no" ha de ser entendido como un "no" real.

-¿Qué tipo de terapia demandan con más frecuencia las personas que pasan por su consulta?

-Cada vez más, parejas, que buscan mantener la llama del amor, o del sexo, a lo largo del tiempo. Vivimos en una sociedad de consumo que no entiende que mantener una relación sana que requiere que vivamos juntos una vida. Tenemos que tener en cuenta nuestros valores y que las personas que se conocieron con 20 o 30 años no son los mismas que a los 40 o 50, con niños, con trabajos, historias de vida, abuelos... Las personas crecemos y evolucionamos y nuestra sexualidad también. En un momento dado nos puede apetecer una cosa, y en otro, otra. Debemos seguir conociéndonos. Las parejas cuando tienen hijos se olvidan de la relación de pareja. Al menos una vez al mes tenemos que tener ese momento de intimidad de irnos a tomar una caña, a cenar...

-Me gustaría terminar con la pregunta clásica de si tiene edad el sexo.

-Somos seres sexuados, desde que nacemos. Se dice que los bebés ya se masturban en el vientre materno. El órgano más grande que tenemos en el cuerpo es la piel, y sentir siempre sentimos. La sexualidad podemos tenerla toda la vida. Un beso, una caricia... ya son sexo.

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