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Los hosteleros quieren que se reduzcan las peñas a un fin de semana y más vigilancia

Piden la instalación de baños portátiles y contenedores de basura en las plazas de Santa María y Teucro -Recuerdan que la molestia también es para los vecinos de la zona

Basura generada por el botellón en la Praza do Teucro. // Santos Álvarez

Lo asumen. Los hosteleros saben que el botellón que celebran cada fin de semana los jóvenes con motivo de la feria taurina seguirá teniendo lugar durante las Festas da Peregrina. El problema es este precisamente, que coincide con la semana grande de la Boa Vila, en la que, si cabe, los bares, cafeterías, cervecerías y restaurante más caja hacen. El hecho de que los chavales se diviertan en la calle no debería estar reñido con el sector hostelero, pero este echa en falta una mayor implicación del gobierno local, a nivel regulación, seguridad y limpieza. Pide, entre otras cosas, que se reduzcan a un fin de semana solo de agosto.

Este en concreto, el grande de las fiestas, se espera que los jóvenes se concentren de nuevo para beber en la calle. Los puntos de mayor afluencia son las plazas de Santa María y Teucro, en las que hay varios locales de hostelería. El fin de semana anterior decidieron no abrir por no compensarles económicamente, dicen, pero este no pueden permitírselo.

"El problema es que tú tienes un público habitual y si el botellón se concentra ante tu local pierdes a tus clientes porque no entran. Mañana (por hoy sábado) no se nos pasa por la cabeza cerrar porque perderíamos mucho dinero", explica uno de los responsables de la cervecería Ye Olde Basset.

Y es que los chavales que hacen botellón no son, realmente, clientes de ninguno de estos locales, puesto que tienen claro que quieren beber al aire libre los productos que compran por su cuenta en las tiendas y supermercados. En la mayoría de los casos ni se les pasa por la cabeza acudir a uno de los bares del casco histórico para hacer una consumición.

Desde el PP local se ha propuesto la instalación de barras exteriores en los bares, pero los hosteleros consideran que no solucionaría en modo alguno el problema. "Las personas que beberían en esas barras son adultos que ya consumen en los bares, no los chicos que beben en la calle", matizan.

Una de las principales quejas con las que tienen que lidiar los propietarios es la del uso de sus cuartos de baño por todo tipo de gente, sean clientes o no, lo que provoca muchas veces momentos tensos.

Una vez que asumen que este tipo de botellón se va a seguir celebrando, los responsables de los negocios piden un cierto "orden".

Uno de los propietarios del Slow City Hostel propone, por ejemplo, que se instalen baños portátiles en las plazas más concurridas por los chavales, así como contenedores no movibles para que estos puedan tirar la basura que van generando durante la tarde y la noche.

"Tampoco ves Policía por la zona que controle que no orinen en la vía pública o que impida que los menores consuman alcohol", apunta.

Es uno de los partidarios de que se reduzcan a un solo fin de semana el botellón de peñas, "así por lo menos dejas el problema en la mitad", considera.

Otra de las cuestiones que los hosteleros recuerdan son las molestias a los vecinos: "no nos olvidemos de que no solo resultan afectados los negocios, sino también la gente que vive aquí y que tiene problemas para acceder a sus propias casas, ante cuyas puertas les orinan o vomitan".

El PP local convocó ayer a los hosteleros a una reunión. Aunque la asistencia no fue numerosa, la responsable del área de Turismo del partido, Silvia Junco, sí pudo hablar con algunos de ellos cuando los convocó puerta a puerta.

Todos ellos les expusieron sus quejas y las centraron en las pérdidas económicas que les genera el botellón, así como en la "pésima imagen" que consideran que se da de la ciudad en unos días en los que más turistas hay.

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