El Camiño Portugués a su paso por Pontevedra ha sufrido en las últimas semanas un desvío importante debido a las obras que se están acometiendo en el puente del Burgo, el más antiguo de la ciudad y por el que discurre la ruta xacobea.

Los trabajos para peatonalizarlo avanzan a buen ritmo y ayer mismo comenzó la colocación del nuevo pavimento por el que ya no podrá pasar el tráfico rodado.

Debido a su cierre temporal, los peregrinos tienen que realizar un rodeo de alrededor de 600 metros. Para llegar a la otra orilla del Lérez pueden utilizar los puentes de Santiago y el de As Correntes. Desde el Concello de Pontevedra se asegura que el viejo viaducto se podrá abrir a los peatones en el mes de octubre.