Dos palas excavadoras realizaron movimientos de arena durante toda la mañana de ayer en la playa de A Lanzada, para indignación de unos bañistas que volvieron a acercarse de forma masiva a este espacio natural privilegiado que goza de diferentes figuras de protección natural y es, además, una de las zonas de baño más importantes de España.

Los usuarios se encontraron desde primeras horas con esas grandes máquinas que ocupaban el arenal y abrían una zanja de unos doscientos metros de largo y varios metros de profundidad con la intención de enterrar la ingente cantidad de algas acumuladas en la orilla.

Se trata de una acción impulsada por el Concello de O Grove que éste considera "plenamente justificada" y achaca a una situación "extrema", desarrollándose el trabajo de limpieza en la parte de la playa que linda con el municipio vecino de Sanxenxo, por lo que fue preciso retirar temporalmente la bandera azul que esa localidad luce en el entorno.

Así lo denuncia la presidenta del PP de O Grove, Beatriz Castro, quien barajó la posibilidad de que hubiera cometido un delito medioambiental y alertó inmediatamente de lo sucedido y de la "pésima imagen" proyectada ante los turistas, por lo que exigió explicaciones al ejecutivo meco, que dirige el socialista José Cacabelos Rico.

Convencida de que "se ha causado un grave perjuicio" a cientos de usuarios que ayer acudieron a A Lanzada, la edil conservadora sostiene que "los trabajos para enterrar las algas en la arena comenzaron a eso de las ocho de la mañana, y cuando un par de horas después empezaron a llegar los bañistas, aquello se convirtió en un caos".

Y todo porque "la playa estaba impracticable" e incluso parecía existir riesgo para las personas, al situarse las excavadoras en medio de unos bañistas que no daban crédito a lo que sucedía.

Fueron muchas las protestas de los usuarios, "quienes obligaron a Sanxenxo a bajar su bandera azul y no entendían cómo se estaba haciendo aquello en horas de baño, en pleno verano y durante un fin de semana que ya se preveía de gran afluencia de público".

Beatriz Castro cree que en caso de ser precisa una actuación así "tendría que haberse realizado de noche o en momentos de baja afluencia, pero no un sábado durante toda la mañana, ya que la máquina seguía trabajando a las dos de la tarde".

Ante las dudas surgidas en relación con lo sucedido, quiso saber si el Concello de O Grove disponía de los permisos necesarios de la Consellería de Medio Ambiente para mover semejante cantidad de áridos.

"Es muy grave lo sucedido por haberse realizado durante toda la mañana, pero mucho más lo sería si se llevara a cabo esta acción sin tener permiso para ello y cuando desde hace años el Concello de O Grove se beneficia de la cesión de una parcela de la comunidad de montes de San Vicente para depositar las algas, sin necesidad de tener que enterrarlas en la propia playa", alegó la representante del PP meco.

Tampoco se olvida de que siempre que este grupo y los propios bañistas denunciaron la presencia de algas en la orilla, desde el Concello se argumentó que "las algas no son basura", presumiendo de haber erradicado la limpieza mecánica del arenal y defendiendo la presencia de tales algas por considerarlas fuente de alimento y protección para especies como el chorlitejo patinegro; un pájaro sometido a un plan de protección en A Lanzada impulsado por la Xunta.

"Y ahora resulta que esas algas ya no deben de ser importantes, pues se abre una zanja de doscientos metros para enterrarlas", ironiza la conservadora, quien tacha lo sucedido de "escándalo".

Todo esto "demuestra la absoluta falta de previsión del gobierno O Grove y su incapacidad para afrontar una estrategia turística, pues aún contando con permisos ese trabajo tendría que haberse hecho en un día laborable y no en pleno fin de semana ni empleando toda la mañana", concluye.