La transformación del Pazo de Quintáns avanza sin pausa. La rehabilitación ha dejado al descubierto la estructura del edificio, tras retirarse el tejado y los suelos, y limpiar los escombros y la maleza. Las paredes del inmueble se han asegurado y limpiado, mientras que en el interior se han apuntalado las divisiones interiores. El objetivo de la reforma, a cargo de Mario Crecente y Asociados Consultores, es mantener la fisionomía original de la construcción y convertirla en un museo que acogerá el patrimonio arqueológico de Sanxenxo.

La planta baja albergará una tienda, oficinas y el recibidor principal del centro, mientras que la superior se dividirá en cinco salas. Dos se destinarán a exposiciones permanentes, otra a temporales, una será una sala de proyecciones y la última será un mirador-galería del "paisaje más bonito de Galicia", como describió Otero Pedrayo a la panorámica a la ensenada de A Lanzada y O Bao.

La finca, de 9.000 metros cuadrados, también incluye un edificio auxiliar será convertido en una cafetería-restaurante, y un gran hórreo donde se habilitarán salas de educación ambiental.