En menos de una semana se han registrado al menos tres accidentes con una decena de heridos, el de mayores consecuencias en la noche del pasado martes, con siete personas lesionadas. Afortunadamente no hubo heridos graves, pero ponen de manifiesto que el corredor entre Sanxenxo y A Lanzada (antes vía rápida, denominación que la Xunta trata de desterrar) se convierte cada verano en escenario de numerosos siniestros, a los que se suman los atascos para ir y regresar de las playas, especialmente los fines de semana.

Esta elevada siniestralidad, así como su insuficiencia para acoger todo el tráfico estival, reabre de nuevo el eterno debate sobre su desdoblamiento, un proyecto que permanece totalmente paralizado desde 2012 por los condicionantes ambientales, que no autorizan la ejecución de cuatro carriles en una zona considerada Red Natura.

Con más de 20.000 coches de media durante cada día de verano, los dos carriles actuales son insuficientes en estos meses (aunque sí el resto del año) pero su desdoblamiento no forma parte de los planes de la Xunta debido a esos "exigentes requisitos medioambientales", según recordó ayer el director de la Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez.

En 2012 llegó a exponer al público un proyecto de trazado tasado en 32 millones de euros, pero un informe de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza alertó tres años después, en 2015, de que aquel diseño afecta a un arroyo que desemboca en el complejo intermareal Umia-O Grove, en la ensenada de O Vao, un espacio integrado en la Red Natura, y exigió unas medidas de corrección que no encajaban en el proyecto original. El problema radica en el denominado Rego dos Mouros, un pequeño cauce en la parroquia de Noalla que ya es cruzado ahora por la actual vía rápida de dos carriles. Pero la ampliación de su anchura con dos calzadas más afectaría con mayor gravedad al arroyo y, con él, a la cercana área de Red Natura.

Siete años después de aquella exposición al público en 2012, el proceso sigue parado pese a las constantes demandas para desdoblar este tramo de siete kilómetros, una necesidad que se convierte en acuciante en verano pero que es permanente para los vecinos de O Grove ya que este vial es básico para sus accesos. Su alcalde, José Cacabelos, es el principal defensor de esta ampliación, toda vez que esta vía rápida es la principal conexión en dirección a su municipio. De hecho, ese tramo de menos de siete kilómetros, viene precedido por una autovía de cuatro carriles, la de Salnés, y desemboca en otra carretera desdoblada, la que discurre por istmo de A Lanzada. Tras los atascos y accidentes de estos días, Cacabelos pide que al menos se aplique una solución intermedia. "Aunque creo que el desdoblamiento es necesario podría haber otras soluciones más económicas como habilitar un tercer carril de modo que se pueda circular de forma alternativa por dos de ellos en función del tráfico en dirección a O Grove o a Sanxenxo", explica el alcalde que lamenta que "la Xunta no se siente para hablar de este asunto". Afirma el regidor que además del trastorno que se causa a los conductores que se ven atrapados en el atasco, "se provoca un malestar que va en detrimento de la imagen turística, lo que en absoluto nos beneficia", señala el alcalde grovense. De ahí que urja un estudio que ofrezca soluciones al endémico problema del tráfico durante el verano, si bien en este año parece que se limita a los fines de semana al constatarse una menor afluencia de turistas durante el resto de la semana".