Si bien hace varios años el Concello recibió una avalancha de proyectos para abrir hornos de este tipo en varios puntos del municipio, desde que en septiembre de 2015 abriese el de A Reigosa, esta "fiebre" se apagó por completo y no volvió a reactivarse ninguna iniciativa. Ni siquiera la empresa Funespaña, que tramitaba un recinto detrás del cementerio de San Mauro y tenía la puerta abierta a su ejecución, ha retomado su ejecución.

De hecho, desde entonces, la única licencia otorgada en relación con los servicios funerarios fue para un tanatorio en la avenida de Montecelo. Se levantará en la parcela situada ante la empresa Dielectro Galicia, en la subida al hospital de Montecelo, en un edificio de nueva construcción de planta baja más un piso, con un estacionamiento para 44 vehículos.

Este nuevo tanatorio está promovido por la empresa Albia Servicios Funerarios, que prevé hacer un edificio para cuatro salas velatorias, además de los servicios propios del tanatorio, como capilla, oficina, baños y dependencias internas.

En este caso la licencia no incluye instalación de crematorio, que es el proyecto que tanta polémica levantó en su día entre el vecindario de Mourente y que originó la organización de una plataforma vecinal de rechazo. Con el nuevo decreto que prepara Sanidade, ya tendría más dificultades de incorporarse al tanatorio.

En todo caso, los 200 metros para plantea ahora la Xunta como distancia mínima tampoco alcanza la exigencia de la plataforma Crematorios Non de Pontevedra Leste, que siempre exigió una franja de 500 metros en torno a las viviendas.