La Xunta puso en marcha el Pladiga, el plan anual para combatir los fuegos forestales, con vigencia hasta noviembre. Tres de los municipios que resultaron afectados por más incendios de este tipo el pasado mes de octubre, Ponte Caldelas, Cerdedo-Cotobade y Caldas de Reis, figuran entre las declaradas por la administración autonómica como "zonas de alto riesgo".
No son los únicos del entorno de Pontevedra. La propia capital del Lérez, junto con Barro, A Lama, Marín, Poio, Portas, Sanxenxo y Vilaboa tienen también este tipo de declaración.
Tan solo Cuntis, Moraña y Campo Lameiro están al margen de este nivel máximo de protección, así como tampoco aparece recogido Ribadumia. Son los únicos cuatro municipios que no están declarado "de alto riesgo" en toda la provincia. Asimismo, dos parroquias (Saiar en Caldas y San Xoán en Poio) están catalogadas como de "alta actividad incendiaria". La normativa de la Xunta indica que en estas áreas se realizarán "acciones más intensas de vigilancia, disuasión e investigación que en el resto del territorio".
El documento mantiene en este territorio una de las tres bases aéreas de helicópteros de la provincia. Ubicada en O Campiño (Marcón), forma parte, con las de Silleda y Mondariz, de una red de 21 bases de este tipo en Galicia, el mismo número del pasado año.
En todo este ámbito, este año estarán operativos un total de seis puntos fijos de vigilancia en el monte además de la base de helicópteros de O Campiño. El Pladiga 2019 también mantiene los tres únicos puntos fijos de vigilancia en el distrito XIX, cinco menos de los que existían hace siete años. Están ubicados en Caldas de Reis (Saiar), Cerdedo-Cotobade (Carballedo) y Vilaboa (Cobres).
