La Fiscalía mantuvo la petición de tres años y medio de cárcel para un vecino de Dorrón por un presunto delito de abuso sexual a una niña. Antes del juicio celebrado ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, la defensa rechazaba el acuerdo para rebajar la pena a dos años, con lo que evitaría entrar a prisión, para mantener una inocencia del acusado que reclamó la propia madre de la presunta víctima. "Están cometiendo un error muy grande", exclamaba la progenitora nada más pisar la sala de la Audiencia.

El fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, aludió directamente como prueba "objetiva" del delito un vídeo realizado por una vecina del acusado, a cuyo marido había denunciado por abusar presuntamente de su hija con anterioridad. Precisamente fue la interpretación de esta prueba audiovisual el motivo de debate sobre el presunto delito que se habría cometido el 4 de junio de 2018, en la casa del acusado cuando estaba jugando con su nieta y la niña, y por lo que este vecino de Dorrón ingresó en prisión provisional, permaneciendo privado de libertad entre el 15 de junio y el 1 de agosto del pasado año.

Y es que por un lado, el ministerio público, la Guardia Civil y vecinos, mantienen que en el vídeo se puede ver el delito de abuso sexual, mientras que el acusado, su familia y la madre del menor, señalan que solo se percibieron gestos de cariño "al estar jugando a las cosquillas y masaje" como justamente antes había hecho con su propia nieta.

Aladro mantuvo que la grabación facilitada por la vecina a su sobrino, agente de Guardia Civil (que trasladó el vídeo a la policía judicial, cuyos agentes realizaron el arresto), "rebasa los límites del decoro más elemental". De este modo, asegura que, cuando el acusado se quedó solo en el patio de la vivienda, quiso satisfacer su apetito sexual dando un beso en la boca a la niña y tocamientos de diversa índole bajo la ropa de la menor.

"No vi nada fuera de lo normal, solo muestras de cariño", señalaba la madre de la presunta víctima en referencia a la grabación. Tanto ella como la familia recalcaron la estrecha relación de amistad entre la nieta del acusado y la niña. "Los vi jugar en varias veces a las cosquillas con su nieta y con mi hija, les toca la barriga pero no otras partes y tampoco hay besos en la boca", continuó relatando la progenitora de la niña que considera la relación con entre su hija y el acusado como "de una nieta más".

El propio acusado y sus familiares mantuvieron la misma tesis. "No se me pasa ni por la cabeza", afirmó el acusado. "Es una persona cariñosa que siempre juega con las pequeñas, pero es la nieta la que decide los juegos y la niña también se suma después, él no decide, es como su pelele", manifestaron la familia del acusado.

La niña negó los hechos

Otro de los vídeos presentados es la entrevista de la niña con la psicóloga del Imelga de Pontevedra en el que la pequeña contesta con un "no" rotundo cuando le preguntan si el acusado le besó en la boca. Sin embargo, la propia psicólogo mantiene que "existen indicadores que podrían señalar una situación de abusos que no sería percibida como tal por la niña". "Deberíamos dejarnos llevar más veces por la sinceridad de un niño que de las mentes perversas de los adultos", señalaba la abogada de la defensa que defendió que "con el rótulo de la carpeta 'delito sexual a una menor' condiciona, pero nunca debe haber una merma a sus derechos y a su presunción de inocencia". Además, el informe del Imelga fue cuestionado por una experta contratada por la defensa, en la que puso en tela de juicio la metodología llevaba a cabo por la forense con la pequeña, señalando que se utilizó una entrevista no abierta y que pudo coaccionar a la pequeña.