El puente de O Burgo permanecerá cortado al menos durante los próximos dos meses y medio, según las previsiones que avanzó el concejal de Mobilidade y Transporte Urbano, Demetrio Gómez, que compareció ayer acompañado de su compañero de gobierno Alberto Oubiña para hacer balance de la primera comisión de Obras e Mobilidade del mandato.

Demetrio Gómez explicó que el puente primigenio de la ciudad se reabrirá al tráfico peatonal "en cuanto finalice la pavimentación con losa de piedra", unos trabajos que se prolongarán "de dos meses y medio a tres meses". Actualmente se está finalizando la plancha de hormigón.

Así, al menos hasta octubre los peatones que transitan entre la parroquia de Lérez y el centro histórico tendrán que seguir dando un rodeo de aproximadamente 600 metros para salvar el río.

Será un inconveniente provisional, recordó el edil de Mobilidade, mientras que s realicen las obras, en las que "lo prioritario" es cumplir con los criterios para recibir los fondos europeos. "Lo haremos lo más rápido y mejor que podamos", prometió el concejal.

En estos momentos el Concello tiene en ejecución obras por valor de 13,5 millones. De ese total, 7,5 son mejoras en el entorno urbano y otros 6 millones en las parroquias del rural.

En el centro destacan proyectos como los 7,5 millones invertidos en el Centro Social do Burgo. Los ediles confirmaron que la obras está "prácticamente finalizada" a falta de las últimas actuaciones en el exterior.

También está en marcha la nueva sede municipal en la calle Ferreiros, si bien esta acaba de arrancar y tiene un plazo de ejecución de 6 meses.

En las calles Gorgullón y Lepanto se han completado los servicios subterráneos y se inicia la pavimentación y, finalmente, siguen en ejecución las calles Rouco, Echegaray y Porta Grande.

Por su parte, Alberto Oubiña detalló la relación de actuaciones en el rural, empezando por el acceso a Xistro desde A Ruibal, en Salcedo; el entorno del colegio de Vilaverde, en Mourente, donde se llevan a cabo actuaciones para el calmado de tráfico; el lugar de Peralba en Marcón, donde finaliza la obra de saneamiento para iniciar la mejora del firme; o la importante obra en Rial, Rorís y Meán, en Lourizán, una mejora en "una zona muy desfavorecida y con muchas complicaciones por cotas, viales muy estrechos, sin aceras, y que exige soluciones precisas para adaptarlas a los estándares de calidad".