La cabaña del monte Acibal se recupera tras varios años de pérdidas en las que pasó de contar con unos 400 caballos al centenar actual. Fueron los protagonistas, con los apeitadores, de la rapa de Amil, que congregó este fin de semana a miles de espectadores en la parroquia de Moraña.

Más de una decena de apeitadores (nombre que reciben en Amil los vecinos que con valor y oficio se atreven a entrar en el curro) colaboraron en esta fiesta que arrancó con la bajada de las bestas del monte, la separación de los potros y la rapa. Tras la suelta de los animales, los vecinos disfrutaron de una cena alrededor del curro.

Éste fue escenario ayer de la separación de los caballos y la exhibición de monta salvaje, que dio paso durante la tarde a la rapa, marcado y venta de los animales.

Finalmente, el sorteo de una potra dio paso a la suelta de las manadas, que volverán a pastar salvajes en el monte Acibal hasta la próxima edición de la que es la principal rapa de la comarca.

Además de su fiesta más emblemática, la Asociación Cabalar Monte Acibal celebraba que tras encadenar varias ediciones en las que las manadas se vieron reducidas por numerosos ataques de lobos, este año solo se han registrado "cinco o seis bajas, que entra dentro de lo normal, muy lejos de la cantidad de ataques que veníamos sufriendo en la última década", indica su presidente.