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Las vías convencionales acaparan el mayor número de víctimas pero aumentan también en las autopistas

Menos accidentes y, sin embargo, el triple de fallecidos. Los malos datos que deja esta primera mitad del año en lo que respecta a siniestralidad vial en las carreteras de la provincia preocupa desde hace ya meses a los responsables tanto de la Jefatura Provincial de Tráfico, como de la Guardia Civil o la propia Subdelegación que ya anunciaron una mayor vigilancia, especialmente en los meses de verano, para intentar reconducir la situación.

Sin embargo, más allá de la presencia policial, el conductor jugará un papel fundamental para intentar prevenir los accidentes. Y es que un análisis de los datos apunta a que las conductas imprudentes (como circular a velocidad excesiva o bajo los efectos del alcohol) o una conducción más distraída o relajada son, a menudo, la principal causa de los accidentes mortales que se producen en la provincia.

El balance de la primera mitad de año en las carreteras interurbanas de Pontevedra deja un total de 1.495 siniestros, algo más de un centenar menos que los 1.598 del año anterior. También son menos los accidentes que dejaron algún herido, con 494 entre enero y junio de este año, frente a los 642 del primer semestre del año anterior.

No obstante, la mortalidad se dispara. Hubo 13 accidentes mortales en lo que va de año en Pontevedra, con un total de 15 fallecidos, frente a los cinco siniestros mortales de 2018 que dejaron otras tantas vidas truncadas. También hubo más heridos que requirieron hospitalización, 63 frente a los 58 de 2018. Es decir, hay menos accidentes, pero los que se producen son de mayor gravedad.

Las causas

La respuesta a esta preocupante tendencia se puede encontrar en las causas de los siniestros. La velocidad es un factor fundamental a la hora de determinar la gravedad de un accidente así como sus consecuencias y, precisamente, este es un factor que estuvo presente en un al menos un tercio de los siniestros mortales de este año. De las quince colisiones con fallecidos, en 5 se cree que la velocidad fue una de las causas determinantes. Pero no solo es necesario cumplir los límites de velocidad. Una conducción atenta también es fundamental para evitar accidentes de tal forma que en otros seis siniestros el alcohol fue clave. Es decir, que estos dos factores estarían detrás de cerca de un 84% de los siniestros mortales que se produjeron este año en las carreteras interurbanas en la provincia.

Por último, cabe destacar también el alcohol y las drogas que causaron, al menos, un siniestro mortal en la primera mitad del año, según los datos (todavía provisionales) de la Jefatura Provincial de Tráfico.

Ya el año pasado, con unas cifras de siniestralidad más bajas en lo que se refiere a los accidentes mortales, la velocidad fue un factor determinante en 5 de las 24 muertes que se produjeron en las carreteras pontevedresa (un 21%). De esos cinco, dos accidentes se produjeron por salidas de vía, otros dos por colisiones frontolaterales y uno por alcance. En 2017, los datos fueron todavía peor, y la velocidad causó 12 muertes de las 20 que se registraron en la provincia en ese ejercicio (es decir, un 60%).

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