Visiblemente emocionados y satisfechos por los últimos seis meses de instrucción a bordo del Juan Sebastián de Elcano, los 72 guardiamarinas de tercer curso se reencontraron con sus familiares y amigos en una escena que es toda una tradición en Marín en el marco de las fiestas del Carmen.

"Ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Nos da la oportunidad de convivir entre nosotros, conocernos mejor y madurar", señaló Álvaro Ruesta, que también reconoció que "lo que más me costó fue estar lejos de la familia, pero ahora ya estamos todos reunidos y vamos a disfrutar de las vacaciones".

También ha sido una vivencia muy importante para Rocío, una de las ocho mujeres que ha completado su instrucción en el buque escuela. "La experiencia fue muy buena, te la llevas de por vida. Se aprende a navegar, a convivir, estudiamos?", destacó la madrileña.

Para Juan Ignacio fue "una maravilla, visitando países que nunca habría imaginado visitar y con un recibimiento espectacular en todos". Este joven madrileño apuntó que "navegar a bordo del Juan Sebastián de Elcano es algo impagable" y, aunque reconoció que "estar lejos de la familia tantos meses es complicado, hay días mejores y peores, en el global ha sido fantástico todo; una buena experiencia que repetiría".