Los máximos responsables de la Diputación pidieron ayer al Partido Popular un "cambio de actitud" en el nuevo mandato y más lealtad institucional. En concreto, el vicepresidente, César Mosquera, lamentó la "bipolaridad" del grupo de la oposición y le pidió que abandone su "actitud esquizofrénica", recordando que en el anterior ciclo electoral "si bien en un principio mostraron su acuerdo y estaba todo organizado, de repente pasado el pleno de organización montaron la marimorena sin venir a cuento".

Por lo que respecta al nuevo equipo al frente de la Diputación, la presidenta provincial señala que "hemos configurado un gobierno único, potente, con una hoja de ruta bien marcada y en la que todos los acuerdos se han tomado conjuntamente, de forma consensuada y atendiendo a unos objetivos claros y definidos".

Carmela Silva incidió en que socialistas y nacionalistas lo han acordado todo conjuntamente. "Somos un proyecto común", manifestó, y cuando comparece un diputado nacionalista o socialista de su equipo "habla en nombre del gobierno".

Silva no asumirá directamente ninguna competencia (insistió en que "no queríamos ser presidencialistas") y se refirió a que el nuevo gobierno ha sido delimitado "con criterios, con estructura" hasta configurar un equipo pensado "en lo que queremos hacer en la provincia y en el perfil de los diputados".

También César Mosquera se mostró optimista sobre la labor en los próximos 4 años de este nuevo equipo de gobierno. Así, no dudó en afirmar que "la vez pasada logramos más de lo que era previsible y seguro que en este mandato va a suceder lo mismo o mejor".