El puente de O Burgo permanece desde ayer cerrado a todo tipo de tránsito debido al avance en las obras de peatonalización. En esta fase de la actuación se procederá a la colocación del nuevo pavimento continuo en la superficie del tablero, a la retirada de la actual baranda y colocación de una nueva, y a la instalación de la nueva iluminación que incluye tanto elementos en el pavimento como en altura.

El cierre del puente implica el desvío del Camiño Portugués, desde la salida de la rúa da Ponte hacia el puente das Correntes, para volver desde allí a la Santiña.

Este cierre total obedece a la necesidad de agilizar al máximo las obras y justificar los fondos europeos con los que se ejecuta, dentro del programa "Máis Pontevedra". Con un presupuesto que ronda los dos millones de euros, incluida la nueva iluminación, la reforma del puente de O Burgo ya mantenía cerrado el paso al tráfico rodado desde el pasado mes de febrero, cuando comenzaron las obras. Así quedará definitivamente ya que el proyecto incluye su peatonalización total.

El tránsito peatonal estaba limitado a un "pasillo" delimitado por vallas, pero la instalación de todo el pavimento de piedra provoca ahora el cierre total, sin que se haya apuntado aún una posible fecha de reapertura.