La biofábrica de Ence en Pontevedra genera con recursos renovables y autóctonos la práctica totalidad de la energía que consume, el 97%. Esta producción de energía se lleva a cabo con biomasa, una fuente de energía renovable con la que la planta contribuye a los objetivos de eficiencia energética.

Para generar la energía que precisa para operar, la biofábrica emplea los subproductos procedentes de la madera que no se destinan a la producción de celulosa, corteza y lignina. Esta última, la lignina, es un componente de la madera que constituye un excelente biocombustible renovable y natural. Se cierra, de este modo, un círculo virtuoso de aprovechamiento de subproductos que, de otro modo, no tendrían utilidad.

La producción de energía eléctrica renovable confiere un nuevo valor a estos materiales y contribuye a la estabilidad del sistema eléctrico a través de una tecnología segura, estable y gestionable, como es la biomasa.

La potencia instalada de generación de energía renovable procedente de la biomasa en la biofábrica gallega es de 35 MW. En 2018, Ence Pontevedra generó más de 239 GWh.

La autosuficiencia energética de esta planta supone un claro ejemplo de economía circular. La madera, con la que se fabrica pasta de papel y se produce energía, es además el resultado de una gestión forestal sostenible, que evita el riesgo de incendios incontrolados y favorece la redistribución de rentas, la creación de empleo rural en Galicia y la fijación de población en estas zonas rurales, contribuyendo así a la vertebración del territorio.

La biomasa es una tecnología de producción eléctrica renovable. En este sentido, la gestión energética de Ence Pontevedra contribuye a la captura de carbono, a la lucha contra el cambio climático y, en definitiva, a avanzar en la senda de la transición hacia una economía y una sociedad más sostenibles, en línea con las directrices comunitarias y con la política energética española.

El hecho de que una industria como la que representa Ence en Pontevedra -capaz de movilizar más de 5.000 puestos de trabajo y con una aportación al PIB autonómico de cerca del 0,82%, según datos de KPMG- sea capaz de producir prácticamente toda la energía que consume a partir de una fuente renovable representa todo un hito y marca la senda por la que deben avanzar las empresas para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados en el horizonte 2050.