La biofábrica de Ence en Pontevedra constituye un claro exponente de la nueva economía, basada en la sostenibilidad, la economía circular y el desarrollo rural. Una muestra del efecto vertebrador de la compañía en el territorio gallego lo representan los más de 90 millones de euros que la empresa distribuye anualmente entre poblaciones con menos de 10.000 habitantes, según el estudio del impacto socioeconómico de Ence-Pontevedra de la consultora KPMG.

En efecto, la compra de madera y las actividades de gestión de masas forestales contribuyen a la distribución de rentas y a la fijación de la población en el ámbito rural, a través de la contratación de personal próximo a las áreas de trabajo, así como de importantes inversiones en el ámbito forestal.

En esta misma línea, Ence compra a proveedores que operan en el ámbito rural y promueve la asociación de pequeños propietarios forestales para aumentar el valor añadido de sus plantaciones.

La compañía da empleo al 30% de los trabajadores forestales de Galicia y coadyuva a la redistribución de la riqueza, ya que el 95% de sus proveedores factura menos de 100.000 euros.

De este modo, la biofábrica pontevedresa contribuye a la economía de la región, al tiempo que supone una fuente de creación y mantenimiento de empleo de calidad para Pontevedra y para toda Galicia.

Así, la planta de Ence en Pontevedra genera cerca de 5.100 puestos de trabajo, de los cuales 400 se corresponden con la plantilla fija de la compañía; cerca de 2.100 proceden del ámbito forestal; y unos 2.700 son contratistas del área industrial, logística y transporte.

La cadena de aprovisionamiento (constituida fundamentalmente por productores de madera, empresas de servicios forestales, transportistas y proveedores de otros bienes industriales) se ve directamente beneficiada a través de las compras de bienes y servicios que Ence realiza en Galicia.

Además, la actividad de Ence en materia forestal supone el 50% del tráfico marítimo del puerto de Marín.

Esta biofábrica contribuye, asimismo, al avance de la economía circular, como lo demuestra el hecho de que se autoabastezca energéticamente en un 97%, a través de la generación de electricidad renovable con biomasa.