Adaptarse o morir. A menos de un año de agotarse el periodo transitorio marcado por el decreto ley para la liberalización total del sector, la máxima del célebre naturalista británico Charles Darwin ha prevalecido en la decisión de los estibadores vigueses. En una maratoniana asamblea finalizada al borde de la medianoche de ayer, los trabajadores aceptaron por mayoría, mano alzada, un acuerdo que no solo se limita a garantizar el mantenimiento de sus puestos de trabajo. Implican cambios de calado, históricos en la actividad de esta plantilla conforme a cómo la desempeñan en la actualidad, y que combinados con una reducción salarial se traducirá en un abaratamiento de costes operacionales para las navieras.

Un objetivo que perseguían todas las empresas de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) de Vigo pero con especial empeño, Termavi, la concesionaria de la terminal de contenedores ante la incapacidad, hasta ahora, de ofertar tarifas para hacer frente a la competencia de Marín. Tras el plácet de los trabajadores y su firma por ambas partes previsiblemente la próxima semana, de superar el examen de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la reinvención de la estiba viguesa podría aplicarse a finales de este verano o ya en otoño.

Gestado durante meses entre los sindicatos del Comité (presidido por UGT y formado por Coordinadora y CC OO) y los accionistas de la Sagep (Termavi-Grupo Davila, Bergé, Líneas Marítimas Españolas-Suardiaz, Estibadora Gallega-Kaleido Ideas & Logistics y Pérez Torres Marítima), el acuerdo aprobado en la noche de infarto de este viernes en el número 9 de Areal recoge en esencia parte del negociado en enero de 2017. Aquel que fracasó al condenar el Tribunal de Justicia Europeo a España por mantener el monopolio en el sector con una multa millonaria que en cambio sirvió para que el Gobierno hiciese los inevitables deberes: los decretos liberalizadores que dibujan la hoja de ruta a empresas y plantilla para que operen sin menoscabar la libre contratación en los muelles.

Como antes hizo Bilbao y Valencia, ahora en Vigo siguen el guión de la nueva regulación aprovechándose de una novedosa figura, el_Centro de Empleo Portuario (CEP). Las empresas aún disponían de un año para continuar operando individualmente o como hasta ahora, aliados solo que bajo el paraguas nominal de esa ETT (Empresa de Trabajo Temporal). Aceptaron convertir la Sagep en un CEP desde el principio pero a condición de que la plantilla con la que trabajarán y a su vez ofertarán a otros operadores ajenos al centro, aceptase algunos sacrificios. Y no solo salariales sino que afectan a ciertos privilegios que disfrutan desde hace 40 años. Esto fue lo más difícil en esas tensas reuniones donde poco a poco se fue avanzando en el acuerdo sometido a la asamblea. "No había opción", comentaba un asistente.

Para los trabajadores fijos la rebaja salarial es del 15%, mientras que para los 20 que se contempla incorporar los suelos serán bastantes inferiores a los de veteranos y eventuales. Este grupo entrará con contratos de formación para ejercer una tarea muy específica: la entrega y recepción de mercancías en el muelle de contenedores.