BNG, con once concejales, y PSOE, con cuatro, emprenderán "de inmediato" negociaciones para alcanzar un posible gobierno de coalición en el Concello para el próximo mandato, pero ambas formaciones acudirán a esta mesa de diálogo con condiciones. Los nacionalistas "no variaremos la líneas del modelo urbano" y el PSOE "no irá de comparsa". Son dos de las premisas con las que comenzarán unos contactos que los socialistas reclaman desde la misma noche electoral del 26 de mayo, pero que el BNG no autorizó hasta la asamblea de la noche del miércoles.

El alcalde en funciones y aspirante a la reelección, Miguel Fernández Lores, anunció ayer el inicio de este diálogo y confía en que esta fase se resuelva pronto, "antes de la investidura" del próximo sábado día 15. "No hay ningún calendario, pero no soy partidario de que estemos eternamente debatiendo. Ya tenemos todos unos años de vuelo, hubo gobiernos de coalición antes y se debe arreglar pronto", insistió.

Además, dejó claro que el hecho de sentarse en una misma mesa con el portavoz socialista, Agustín Fernández, y su equipo, no significa que se vaya a alcanzar el pacto con total seguridad: "La coalición se firmará siempre y cuanto sea lo mejor para los pontevedreses; si no, gobernaremos en solitario".

"No sé qué pasará" en estas conversaciones pero "está claro que las dos partes tendremos que ceder, si bien nosotros no vamos a variar de linea y el modelo urbano no se va a modificar, pero sí en cuestiones puntuales", advirtió Lores, que admite también que los contactos hasta ahora entre ambas partes han sido únicamente para "decir que nos sentaremos a hablar".

Esta línea de actuación se estableció en la asamblea de militantes del BNG del pasado miércoles, una cita a la que no asistió el propio Lores ya que ese día participaba en una reunión familiar para celebrar su 65 cumpleaños. Hoy viernes, 7 de junio, el regidor durante los últimos veinte años alcanza esa edad.

Esa asamblea del BNG se celebraba casi al mismo tiempo que la primera reunión de la ejecutiva socialista local tras las elecciones, un encuentro en el que volvió a quedar claro que el PSOE quiere regresar al gobierno local tras cuatro años de oposición. "Lo lógico, en virtud de los resultados, es que entremos a gobernar, pero no vamos a dialogar con el BNG sobre la base de estrategias aritméticas", declaraba Fernández tras esa cita.

"O gobernamos fieles a nuestro proyecto o estaremos en la oposición, pero no vamos a hacer de meros comparsas", reiteraba, de modo que el gobierno en solitario del BNG no está, en modo alguno, descartado. De hecho, en el seno del equipo nacionalista hay voces partidarias de esa opción, como ya ocurrió en el mandato que ahora finaliza.

Entre las cuestiones fundamentales que Fernández puso sobre la mesa, y que podrían marcar el devenir de las conversaciones con el BNG, figuran la implantación de un transporte público económico y de calidad, el impulso de propuestas e iniciativas que resuelvan los desequilibrios existentes entre el casco urbano y los barrios y parroquias, la activación de políticas sociales, "ahora mismo casi desaparecidas y convertidas en caridad en los últimos años", o la puesta en marcha de un nuevo sistema de recogida de basura y limpieza de las calles. El BNG cita el modelo urbano y la "posición de Pontevedra como referente internacional".

Por el momento no se menciona el papel que pueda desempeñar la Diputación en estos contactos, ya que el futuro del gobierno provincial no se analizará hasta después del día 15. Tampoco está garantizado que el vicepresidente en funciones, César Mosquera, vaya a cumplir un mandato más en esa institución.