La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade afronta un nuevo plan de asfaltados parciales en la PO-542, la carretera O Pino-Bora, el tercero en seis años, en el tramo no desdoblado. En este caso, se actuará entre la rotonda de A Ermida y el entronque con la carretera de Ourense, además de pavimentar también, la carretera que une Pontevedra con Ponte Caldelas y la PO-313 en Martín, entre otras.

El proyecto tiene por objeto la rehabilitación de firme en aquellos puntos en los que la capa de rodadura presente carencias o se encuentre deteriorada, con la finalidad de reforzar y mejorar la seguridad viaria y la comodidad de los usuarios de estas carreteras.

En la carretera PO-532, las obras comprenden el tramo entre la travesía de Pontevedra y la glorieta con la PO-542 en Marcón. También en la PO-542, a la altura de Marcón, se extenderá una nueva capa de rodadura entre los puntos kilómetros 0,020 y 3,200, que coincide en la glorieta con la PO-532, en el concello capitalino.

En la carretera PO-313 entre Santo Tomé de Piñeiro y Broullón, puntos kilométricos 7 y 12, y en Quintela, desde el punto kilométrico 15,900 hasta el 16,420, en Moaña y Marín.

Con una longitud de siete kilómetros, parte de la carretera O Pino-Bora está desdoblada, pero el trazado por Marcón y Bora presenta un peor estado, en especial los últimos 3.200 metros, que es donde se actuará.

El documento por el que se licitan estas obras hace referencia al intenso tráfico pesado de este vial, y ofrece un estudio sobre su siniestralidad entre 2013 y 2017. En este periodo, se recogen un total de 47 siniestros con víctimas, lo que supone una media de casi diez al año, sin incluir los que se limitan a daños materiales. En la PO-532 entre Pontevedra y Ponte Caldelas fueron veinte los accidentes con heridos en esos cinco años.

Resulta llamativo que de los 47 siniestros registrados en la PO-552, 18 (casi el 40%) son atropellos a animales sueltos.