Un frente frío es el responsable del batacazo térmico que ha vivido Pontevedra en apenas tres días. Si el viernes se registraba una temperatura de récord de 36 grados para un mes de mayo, hoy la estación de Meteogalicia en Campolongo apuntaba una máxima de 19,8 grados. Una bajada que la Boa Vila ha acusado de forma notable: de los helados y abanicos del fin de semana a los paraguas y chubasqueros a primera hora de este lunes.

Esta caída térmica se mantendrá en los próximos días. Tras el avance del verano del fin de semana, mañana martes volverán las lluvias, generalizadas durante la mañana. Ya por la tarde las precipitaciones quedarán en forma de chubascos ocasionales, al tiempo que se abrirán claros.

Las precipitaciones tenderán a generalizarse de nuevo durante la noche y madrugada del miércoles, cuando podrían producirse de forma tormentosa. Las temperaturas continuarán en descenso: las mínimas rondarán los 10 grados y las máximas no superarán los 20. Esta tónica se mantendrá a lo largo de toda la semana.