Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pesca ilegal castiga la nécora cuando aún falta un mes para que se levante la veda, el 1 de julio

Ya se ve a la venta y se han recuperado casi dos toneladas en 16 meses

Efectivos de Gardacostas de Galicia levantan aparejos ilegales en aguas de Arousa. // Muñiz

A pesar de la presión que ejerce contra el furtivismo el servicio de Gardacostas de Galicia y de los continuos llamamientos a la colaboración ciudadana, instando al consumidor a declinar producto en veda, especies como la nécora están siendo severamente castigadas por los pescadores ilegales.

Aún queda más de un mes para que comience la campaña de pesca de este crustáceo, pero a estas alturas puede encontrarse nécora a la venta en diferentes puertos, como también en plazas de abastos y supermercados.

Se trata de operaciones clandestinas que contribuyen a la esquilmación del recurso y responden a la creciente demanda de este producto, uno de los más codiciados cuando llega la temporada turística.

Prueba de la presión que soporta este recurso es que el año pasado Gardacostas de Galicia decomisó 1.584 kilos de nécora en toda Galicia de los cuales 657 fueron recuperados en Arousa. Y en los cuatro primeros meses del presente ejercicio, es decir, en plena veda, fueron decomisados otros 353 kilos, 156 de ellos en la ría arousana.

Eso es lo que Gardacostas consigue interceptar, pero lógicamente hay una cantidad mucho mayor de producto ilegal que sí llega al consumidor, con lo que esto supone de esquilmación de caladeros.

La responsabilidad de esta práctica fraudulenta recae, sobre todo, en el conocido como "furtivismo legal" o "profesional", que como se explicó en otras ocasiones es aquel que practican aquellos miembros del propio sector del mar que, haciendo uso de sus permisos de trabajo y/o explotación se dedican a capturar ejemplares de talla inferior a la permitida o, como es el caso de la nécora, que están en veda.

Se trata de los mismos furtivos "legales" que habitualmente supera los topes establecidos y, en definitiva, se aprovecha de su condición para colocar en el mercado capturas ilegalmente obtenidas.

Sucede tanto con la nécora como con otras especies de gran interés comercial, como es el caso del centollo, que entra en veda el mes que viene pero que muchos siguen pescando durante todo el verano y, sobre todo, desde octubre, antes de que a mediados de noviembre comience su campaña.

Lo que hacen algunos pescadores, perjudicando a todos los demás, es aprovechar su actividad diaria para recoger producto en veda que venden directamente a su llegada a puerto o despachan en sus restaurantes de confianza y entre algunos vendedores de plazas de abastos.

Es lo mismo que hacen los mariscadores que tienen permiso para trabajar pero superan los topes máximos de captura, recogen el producto en zonas prohibidas o lo obtienen sin respetar los horarios de trabajo establecidos.

Se trata, en palabras del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, de "un furtivismo silencioso", que puede pasar desapercibido, pero que "poco a poco, y dada la continuidad de su práctica, alcanza unos niveles altos de fraude".

También tienen parte de responsabilidad en la captura fraudulenta de nécora los llamados "furtivos marginales". O lo que es lo mismo, personas "con carencias de integración social y necesidades económicas" que incluso pueden presentar "psicopatologías adictivas y comportamientos y conductas de desarraigo tales como toxicomanías, alcoholismo, desempleo crónico por falta de adaptación y similares", esgrime la Guardia Civil.

A estos furtivos pueden sumarse los "recreativos", es decir, "personas que, amparadas por sus licencias de pesca deportiva, capturan especies para las que no tienen autorización o no respetan los topes de captura, introduciendo esas piezas ilegales en el mercado alimenticio mediante la venta directa" a restaurantes, particulares o vendedores de plazas de abastos y pescaderías.

Gardacostas de Galicia, Policía Autonómica, la Policía Local de ciertos municipios, Guardia Civil y cofradías de pescadores van a permanecer especialmente atentos, a partir de ahora, al llamado "furtivismo vacacional", que aumenta con la llegada del buen tiempo y la afluencia de bañistas a las playas. Los "furtivos vacacionales" o "de bañador" son aquellos que durante sus periodos de descanso, y sobre todo en verano, acuden a las playas para recolectar ejemplares de fácil acceso, como la almeja, berberecho y navaja, realizando una extracción generalmente destinada a consumo propio.

Compartir el artículo

stats