El proyecto del emisario recibió durante su fase de exposición alegaciones de los concellos de Pontevedra y Marín. El primero emitió un informe contrario al anteproyecto por no ser compatible con la norma urbanística que está vigente en el ámbito donde se pretende hacer la obra. Esta norma urbanística es el Proyecto Sectorial de Incidencia Supramunicipal que la Xunta de Galicia aprobó en el año 2003 para dar cobertura legal a la instalación de la depuradora de Ence y también a una papelera, que finalmente no se construyó, como recuerda el gobierno local.

Eso sí, comparte el concello pontevedrés la creación de dos emisarios submarinos independientes para que discurran por separado los residuos urbanos de los industriales, de Ence, para saber así que volumen de vertido corresponde a una y otra modalidad.

Por su parte, el Concello de Marín también presentó en noviembre alegaciones al anteproyecto por el punto de vertido elegido, ante la playa de Portocelo, si bien este municipio acepta el plan general de saneamiento de la ría. Se pedía analizar todo el trazado del nuevo emisario, "para asegurar que no generará problemas en las zonas de baño y la costa", según explicaba la alcaldesa, María Ramallo.

En octubre pasado se inició la exposición al público del anteproyecto de este emisario submarino, fase en la que se ha paralizado el trámite de esta canalización de 3.600 metros desde Placeres y 10,2 millones de presupuesto.

En enero pasado se modificó el diseño inicial, al aceptarse una alegación de los mariscadores por su impacto en los bancos de Placeres, de modo que aumentó su recorrido en túnel bajo el agua y en lugar de los 175 metros iniciales mediante este sistema, se pasará a cerca de 400.

Este emisario discurría en túnel en sus primeros 175 metros, pero para los 600 siguientes sería necesario excavar una zanja muy próxima a las zonas de explotación de las cofradías. Los siguientes dos kilómetros se instalarán apoyados en el fondo marino, para finalizar con 600 metros de difusor. Con el cambio, se prolonga el tramo en túnel y se reduce la excavación en unos 200 metros más de los previstos para evitar los bancos marisqueros, y se establecerán garantías para que la empresa adjudicataria disponga de la tecnología precisa que permita ejecutar ese túnel en curva.