"Sorprende como pasa el tiempo, hay algunos que empezaron aquí hace 18 años y hoy ya casi tienen 50". Aunque ya han celebrado algunas actividades conmemorativas a María Luisa Dónega, directora del Centro Méndez Núñez le sigue asombrando lo rápido que han pasado estos 30 años, los que cumple el servicio que encabeza.

Ella estaba al frente un centro de educación de adultos cuando a finales de los años 80 "recogí las necesidades que había en ese momento sobre el mundo de la discapacidad intelectual". Estas personas concluían su etapa escolar y a partir de ese momento se abría un vacío en sus posibilidades de seguir formándose y su empleabilidad, ya que se carecía de programas específicos.

"Alguna madre vino a verme y me preguntó qué podía hacer por ellos", explica la directora, "poco a poco creamos una unidad, que fue creciendo y ahora ocupa todas las actividades el centro".

Éste busca brindar una atención integral que mejore la calidad de vida de los usuarios, de modo que dispone de 30 plazas y a mayores de servicios de residencia y un centro especial de empleo.

Se trata de una tienda ubicada en la calle Gutiérrez Mellado donde salen a la venta los productos artesanales que elaboran los usuarios en el taller ocupacional, elementos decorativos y útiles domésticos como cestos, bolsos, cojines, revisteros, colgadores etc.

Estos regalos son elaborados por personas que presentan un grado de minusvalía igual o superior al 33 por ciento.

La actividad diurna se extiende de 10 de la mañana a 6 de la tarde, mientras que la residencial da comienzo a esa hora para continuar hasta la mañana. Habitualmente en el Centro Méndez viven de modo continuado o por temporadas una decena de usuarios.

"Unos son fijos, otros se van los fines de semana a su casa y un tercer grupo solo vienen los fines de semana, es lo que se llama plazas de respiro familiar", indica la responsable del centro.

La discapacidad intelectual presenta un amplio abanico de tipos y causas, puede originarse antes de que nazca el niño, en el momento del parto, tras una dolencia en la infancia etc. El único denominador común es que el desencadenante se produce durante la etapa en la que el niño o adolescente es menor de edad y, en el caso del Centro Méndez Núñez, que los afectados son personas con autonomía.

"Son completamente autónomos, no tienen una movilidad reducida y aunque el término es muy amplio lo que presentan es una discapacidad moderada y leve", precisa María Luisa Dónega. Así, los usuarios no tienen mayores limitaciones para su vida cotidiana, como pudo comprobar ayer el público que disfrutó del espectáculo organizado por el centro a modo de ceremonia conmemorativa de estos 30 años.

El programa (del que disfrutaron invitados como las concejalas Pilar Comesaña y Anxos Riveiro y el director xeral de Maiores, Ildefonso de la Campa) incluyó una pequeña zarzuela, la primera obra que representaron los usuarios hace más de 20 años, números de psicomotricidad y una parte musical con baile y play back. Fue una tarde divertida en la que celebrar que somos diversos.