La concesión de la distinción de la bandera azul a cinco playas en la ría de Pontevedra y próximas a las fábrica de celulosas de Lourizán, (se concedieron cinco distinciones a arenales de Marín y otra más a la playa de Cabeceira, en Poio), fue uno de los argumentos utilizados ayer por la empresa Ence para defender la "calidad ambiental" del complejo fabril sobre el que se cierne la amenaza del cierre ante el litigio judicial abierto por la prórroga de su concesión.

Ence, en un comunicado, aportó también los datos referentes al pasado ejercicio sobre la calidad del efluente que vierte a la ría de Pontevedra. La empresa asegura que la factoría de Lourizán volvió a mejorar "todos sus parámetros ambientales, que se sitúan muy por debajo de los límites fijados por la normativa ambiental español y europea".

La empresa asegura que el principal indicador de su efluente, la denominada Demanda Química de Oxígeno (DQO), "mejoró en un 44% durante el primer trimestre del año respecto al mismo periodo del año anterior, situándose un 59% por debajo del límite máximo que establece la Autorización Ambiental Integrada (AAI)".

Ence incide en que "los últimos datos" recabados por la empresa revelan que "la Demanda Química de Oxígeno mejora en un 79% el rango máximo establecido en la normativa europa BREF de mejores prácticas ambientales del sector de la celulosa para este parámetro".

Antonio Casal, delegado de Ence en Galicia, resaltó además que estos datos están a disposición de cualquier persona que quiera consultarlos dado que "cualquier ciudadano puede seguir día a día los resultados de gestión ambiental" de la fábrica de Lourizán a través de la página web www.emcepontevedra.com, en lo que considera que es una importante "apuesta por la transparencia total" con una medida que "es pionera" y "única en la industria de la celulosa".

La empresa insiste en que "todos los indicadores ambientales de la biofábrica están sometidos a un riguroso control a través de análisis diarias de la calidad del efluente a cargo de empresas acreditadas independientes, que se reportan a las autoridades ambientales de Galicia", indican.

Apoyo de los mariscadores

En cualquier caso, Casal insistió en que más allá de los datos hay otras "pruebas claras" para la empresa de que la factoría es respetuosa con su entorno en términos medioambientales. "La calidad de las aguas que rodean la biofábrica de Pontevedra está avalada por la presencia de importantes bancos de marisqueo en Os Praceres, así como en las localidades próximas de Lourido, Combarro y Raxó". El delegado de Ence en Galicia también recordó que "todas las cofradías de mariscadores apoyaron la permanencia" de la pastera en Pontevedra "y la calidad del agua en la ría".

En su día, tanto Ence como los propios mariscadores apuntaron hacia los problemas de la depuradora como el origen de los episodios de contaminación en la ría.

Ninguna "bandera negra"

Por último, esgrimió las recién concedidas banderas azules para defender la fábrica de Lourizán. "Otra muestra de la calidad ambiental de esta planta lo constituyen las cinco playas con el distintivo bandera azul" y que "están situadas en el área de la Ría de Pontevedra próxima a la biofábrica, así como el hecho de que ninguna playa de esta ría esté incluida en el informe 2018 de banderas negras que realiza ecologistas en acción".