Rosa Campos es la directora del Centro de Información á Muller de Pontevedra.

- Una sentencia dura?

- Sí, aunque lo que nos parece importante es denunciar la violencia institucional, no la sentencia de un juez en particular, porque no es ninguna excepción. Hay muchas sentencias en este sentido. El caso de Marga Dopico es terrible porque hubo una víctima mortal pero el sufrimiento de las madres es siempre real.

- ¿Qué es lo que le parece más difícil de asumir en este caso en concreto?

- Que la cuestionen como madre. Es una mujer a la que le matan un hijo y que tenga que leer en una sentencia que se la cuestiona me parece demasiado. ¿Cómo puedes decir que es ella la que no supo transmitir adecuadamente el peligro?

- Se cuestiona su reacción pero también la de sus amistades.

- También. Ella va por primera vez al cuartel a las once de la mañana. Y a las cuatro, cuando el asesino amenaza de muerte a su hijo vuelve y, como no le hacen caso, llama a una pareja de amigos. Su amigo tarda una hora en ponerse a buscar al niño con ella, pero es que el guardia no hace nada hasta las siete, cuando Marga va por tercera vez y cuando ya no hay nada que se pueda hacer. ¿Cómo puedes comparar esa actuación con la de dos civiles que no tienen porqué conocer la violencia de género, cómo se manifiesta, qué actuaciones alertan, qué consecuencias puede tener no hacer caso a las alarmas? Un agente sí tiene que saberlo. Él tiene que saber que cuando una mujer va dos o tres veces a un cuartel es porque está claramente asustada. Ir a poner una denuncia es lo último que una víctima hace.

- ¿Cree que se transmite todo lo contrario, que las personas expertas dicen que muy pocas víctimas denuncian y sin embargo se habla más de denuncias falsas?

- Está estudiado que cuando una mujer denuncia es porque lleva, de media, cinco años siendo maltratada. O más. La violencia no es un hecho puntual, sino algo continuado. Ellas denuncian como último recurso, cuando no ven otra salida. Y denuncian un hecho puntual, pero detrás hay años de maltrato. Eso es lo habitual. Pero efectivamente, lo que se traslada a la opinión pública son las dudas. Y esas dudas son las que se reflejan luego, cuando una mujer va al cuartel.

- Este caso parece demostrar que no siempre reciben una respuesta inmediata.

- No. Y no solo cuando pone una denuncia. Marga estuvo cinco años esperando este juicio. A finales de 2018, el Consejo General del Poder Judicial publicó una guía de buenas prácticas en la que establecía la necesidad de una justicia rápida, y de que la víctima sea atendida en condiciones, no en la puerta como le pasó a Marga. No lo pedimos desde el CIM, lo pide el Consejo General del Poder Judicial porque no se está haciendo. Esta sentencia se dicta meses después de esa publicación, y ya ves.