"Lo que busco repasar en la Semana Galega de Filosofía", explica Ángeles Diez Rodríguez, "es cómo se ha utilizado de forma propagandística el tema de los inmigrantes", en un escenario en el que deliberadamente se los asocia con refugiados y terroristas. Los migrantes, explica, son las víctimas más visibles de la nueva fase de expansión del capital a escala planetaria. Ésta se lleva a cabo mediante la guerra, que hoy es más compleja (da golpes de estado, pero también parlamentarios, tiene ejércitos interpuestos, bloqueos económicos?), y tiene nuevos mecanismos de propaganda, una influencia aumentada a partir de "una base ideológica crecientemente reaccionaria que alimenta el mito de la superioridad de la civilización occidental".
- ¿Cómo se ha utilizado propagandísticamente en Europa la inmigración?
-En un primer momento se utiliza el tema de los refugiados para despertar la buena conciencia de los europeos y para ocultar que esas oleadas de refugiados responden a los bombardeos y a las guerras. Son guerras que se han llevado a Oriente Próximo, hablamos primero la guerra de Afganistán, después la de Irak y finalmente la guerra contra Siria y contra Libia. Así es que el tema de los refugiados se ha utilizado simplemente para acallar la conciencia, para desprender ese término de refugiado de su origen, para que no se vea que es consecuencia de las políticas europeas y estadounidenses hacia Oriente Próximo por la apropiación de los recursos, políticas neocoloniales, imperialistas,
- Señala a una estrategia organizada para camuflar?
-Efectivamente, en el mundo en el que vivimos en donde la explotación es la máxima generalizada estamos viviendo un momento de crisis muy aguda del capitalismo a nivel mundial. Esa crisis capitalista se refleja en la necesidad que tiene el capital de expandir mercados, de apropiarse de recursos de otros países, es el caso tradicionalmente de África, últimamente de Oriente Próximo con el petróleo pero también en el caso de América Latina con recursos como los que buscan en Venezuela. Todas esas políticas lo que desencadenan son guerras que nos parecen fragmentadas pero que en realidad forman parte de una guerra global para apropiarse de los recursos.
- Para ello habrá que pasar por encima de cada país
-Claro, esa estrategia significa que hay que acabar con la soberanía de los países que se resisten a esa explotación de sus recursos. Entonces lo que hace es que se lleva la guerra a estos sitios. Europa es cómplice, con Estados Unidos como líder, de esta desencadenada en todo el planeta. En el caso de Europa su papel es de subordinación a Estados Unidos y la consecuencia de toda esta expansión son esas oleadas de refugiados, de los que en un principio eran inmigrantes y después refugiados de la guerra que llegan a Europa en masa.
- ¿Cómo se criminaliza a los inmigrantes? ¿Realmente hay campañas organizadas para vincularlos a actividades delictivas?
-Se intenta por un lado hacer que se acoja a esos inmigrantes pero por otro lado ya se los empieza a criminalizar para blindar las fronteras y enfrentar a las poblaciones europeas con estos inmigrantes que llegan y que ya se plantean o se identifican como terroristas. Se señala para ello a los atentados que ocurrieron en París, a los acosos sexuales en Colonia, y todos los medios empiezan a identificar a los exiliados, a los demandantes de asilo, con terroristas que se están infiltrando dentro de las oleadas de inmigrantes. Eso son políticas no casuales, eso está meditado, está articulado, hay una campaña para someter al miedo a los inmigrantes a las poblaciones europeas, miedo combinado con los buenos sentimientos. Es esa paradoja, por un lado queremos acogerlos pero por otro lado tenemos miedo de que haya terroristas entre ellos.
- ¿El auge de la extrema derecha está vinculado a este proceso?
-La extrema derecha aparece ahora como una especie de fantasma, de amenaza, pero realmente las políticas fascistas y xenófobas ya las llevan tiempo aplicando los gobiernos europeos, liberales pero también socialdemócratas, con respecto a la emigración. Son políticas, xenófobas como decía, que criminalizan a los inmigrantes. Pues eso se ha planteado antes incluso de que surgiesen todos esos movimientos políticos xenófobos o fascistas. Así que ahora mismo a lo que se pretende jugar es a que la amenaza son estos grupos de la extrema derecha, fascistas, ya sea el Frente Nacional en Francia o VOX en España, abiertamente racistas y xenófonos, pero la realidad es que la extrema derecha no es la nueva amenaza, las políticas racistas y xenófobas ya se aplican desde hace años en Europa.
