Una concentración en la playa y una cadena humana por la acera de A Carabuxeira. Los vecinos de esta zona de Sanxenxo han sido una vez más a la calle para exigir la regeneración de este arenal, que ha perdido toda su arena y aguarda por su mejora desde hace dos décadas.

Hace un mes, los afectados ya se concentraron en la playa, pero hoy han complementado esta protesta con una reivindicación más visible, a lo largo de la carretera PO-308 al grito de "queremos playa".

Ya habían anunciado que intensificarían sus demandas en campaña electoral y subrayan que esperan desde hace veinte años la ejecución de un proyecto de recuperación que no se realiza por falta de acuerdo entre las administraciones públicas.

El proyecto aprobado hace dos décadas, bajo el mandato del alcalde socialista José Luis Rodríguez, incluía la regeneración del arenal e incluso un pequeño paseo. Pero este proyecto no ha pasado del papel con los sucesivos gobiernos municipales y los vecinos están indignados por la inoperancia de las administraciones públicas, que deben ponerse de acuerdo para ejecutarlo y liberar el presupuesto previsto para ello.

La protesta no es ajena a la competencia electoral y tanto el PSOE de Ainhoa Fervenza como Xuntos por Sanxenxo de Catalina González, se solidarizan con los afectados.

La propia González, exalcaldesa de Sanxenxo, recuerda que durante su mandato, "Costas aprobó un mandato municipal que permanece olvidado por la empresa pública Nauta".

Apuntaron los vecinos que la regeneración de esta y otras playas en mal estado fue "el primer punto del programa electoral" del actual gobierno municipal, que llegados al final del mandato ni siquiera han iniciado.

El actual equipo municipal maneja desde hace meses una actuación que incluye el aporte de arena así como la construcción de un paseo marítimo de 360 metros de largo y 3 de ancho con el mobiliario propio de una infraestructura de este tipo, barandilla, bancos, farolas y papeleras.

Este proyecto tendría un plazo de ejecución de 12 meses y estaría valorado en 1.929.914 euros pero, entre otros obstáculos, no se dispone de arena ya que la localizada en Portugal carece del permiso de traslado de las autoridades lusas.