Iban a ser dos meses y ya van cinco. La carretera EP-0004 Marcón-Pintos-A Reigosa, cerrada al tráfico el pasado 12 de noviembre para facilitar la instalación de un viaducto de la futura autovía A-57, continúa cortada superados ya los cinco meses de actuación en ese punto.
Este vial sirve de acceso desde O Marco hacia los polígonos industriales de O Campiño y A Reigosa, cuyo tráfico debe utilizar desde noviembre exclusivamente la carretera de Ponte Caldelas. Aunque no genera especiales molestias a los residentes, el retraso en reabrir la zona llama la atención de los vecinos, toda vez que se anunció que se recuperaría la normalidad a mediados de enero.
Sin embargo, en ese momento la empresa que ejecuta las obras de la A-57 solicitó una prórroga de un mes más, que se ha convertido en tres por dificultades en los movimientos de tierra y de carácter climatológico, si bien no se descarta una posible reapertura ya que el vial ya ha sido asfaltado de nuevo.
En el lugar de obras se ejecuta un viaducto, sobre el Pintos que se localiza en el punto kilométrico 1,3 de la A-57. El puente se ha diseñado con tres vanos, con 105 metros de alto y alrededor de veinte de ancho, para cuatro carriles de 3,5 metros cada uno y sus arcenes y servicios correspondientes.
Falta el tablero
Cinco meses después de comenzar su ejecución, los pilares laterales ya están levantados, pero aún resta la instalación del tablero. Además, con esta estructura, la actual carretera de la Diputación queda sin el gálibo suficiente para mantener el tránsito rodado, de ahí que sea necesaria su remodelación en ese tramo. La Diputación, titular de la vía, autorizó en su día la obra con la obligación de la adjudicataria de "deshacer la actual traza de la vía provincial y construirla desde cero, además de desviarla ligeramente hacia la izquierda, bajando también su cota y eliminando dos curvas".
En todo caso, la EP-0004 permanece en servicio desde la PO-542, con carteles de advertencia, hasta la última zona habitada, por lo que no se producen especiales problemas para la población de esa zona de Marcón.
El notable retraso en la ejecución de este viaducto y la consiguiente reapertura de la carretera provincial discurre en paralelo a la demora que acumulan las obras de la propia A-57. A mediados de octubre de 2015, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, acudía a Marcón para la instalación de la primera piedra del tramo Vilaboa-A Ermida de la autovía. Según se informaba entonces, el plazo de ejecución sería de 40 meses. Si se toma como referencia aquella fecha, este plazo se cumplió en marzo pasado.
En realidad, los trabajos comenzaron en enero de 2016 , lo que situaría el calendario final hacia el mes de junio. Sea como sea, las obras parece que están lejos de terminar. De hecho, todavía son muy visibles únicamente los enormes destierres que se han realizado en las laderas de la sierra de A Fracha.
En respuesta a una pregunta formulada al Gobierno por la diputada pontevedresa Pilar Rojo, el Gobierno admitía que una ejecución iniciada tres años antes "alcanza, a fecha de enero de 2019, un avance superior al 20,53%", de modo que la obra del primer tramo de la circunvalación no ha alcanzado ni un cuarto de su ejecución en 36 meses.
La pregunta de la diputada Pilar Rojo también se interesaba por el tramo entre A Ermida (Marcón) y Pilarteiros (Xeve), que tanta oposición vecinal ha generado. El Ejecutivo señala que "este documento incluye varias alternativas de acuerdo con las exigencias del procedimiento de Evaluación Ambiental, entre las que se incluye una que pretende atender a las demandas vecinales".
Añade en su respuesta el Ejecutivo que "recibidas las alegaciones, el Ministerio realizará el análisis de las mismas, con el objetivo de incorporar todas aquellas que puedan contribuir a la mejora de los proyectos y de las actuaciones".
