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Objetivo: crear "el futuro gran parque de Pontevedra"

Diez años después del conflicto entre los vecinos de Salcedo y el cuartel de la Brilat, debido al perímetro de seguridad impuesto por el Ministerio de Defensa en torno a la base y agravado por la construcción de campos de entrenamiento en los montes comunales, Ejército y vecinos conviven hoy en paz gracias a la sentencia judicial que dio la razón a la comunidad de montes sobre la titularidad de los terrenos y a los acuerdos entre comuneros y militares para reordenar los usos y servicios del monte comunal.

En abril de 2009 se sucedieron varias movilizaciones en la parroquia para reinvindicar la propiedad de unos terrenos que hoy está fuera de toda duda y que tanto vecinos como militares asumen.

En aquel mes de hace diez años se sucedieron varias protestas vecinales en las obras que realizaba el Ministerio de Defensa en el monte para construir, entre otras, la recordada "aldea afgana". Al grito de "Fora, o monte é noso!", centenares de vecinos de Salcedo se adentraban en aquellas jornadas en el campo de entrenamiento que el Ejército levantaba en el monte de Muimenta. Su objetivo era paralizar de forma simbólica los trabajos y llamar la atención de las administraciones públicas locales, principalmente Xunta de Galicia y Concello de Pontevedra, sobre lo que consideraban una "usurpación ilegal" de los terrenos comunales.

Perímetro de seguridad

En una de aquellas marchas los vecinos llegaron a entrar en el perímetro de seguridad acotado, momento en el que los mandos militares determinaron interrumpir los trabajos y abandonar el lugar. Momentos antes, el cuartel requería la presencia de la Policía Nacional, que se limitó a levantar acta de la movilización vecinal.

Aquel "paseo" por los terrenos afectados comenzaba ante la Casa da Raxeira, una vivienda de más de doscientos años de antigüedad, en la que los vecinos quisieron simbolizar que las familias de Salcedo residen en esta zona desde mucho antes de que se construyese la base militar de la Brilat. Ante esta vivienda leyeron unas cartas dirigidas a las administraciones públicas, en las que exigían alguna explicación sobre lo que están realizando los militares en los terrenos que los vecinos reclamaban como comunales.

Denunciaban no solo la "usurpación" del monte comunal, sino también la "agresión" al medio ambiente, a las propiedades privadas, a las explotaciones agrícolas y forestales, e incluso al patrimonio histórico. Denunciaban que los trabajos asediaban además una mámoa, o sepulcro prehistórico, que debería estar protegido.

Tras estas marchas de abril de 2009, se organizó una gran manifestación el 31 de mayo, que contó el con apoyo de varias organizaciones y colectivos sociales de la comarca.

Hoy

Actualmente, solventado el conflicto y recuperada la convivencia, la base General Morillo de la Brilat afronta toda una reordenación de la instalación militar, trasladando algunos de los antiguos campos de maniobra y tiro que estaban más cerca de los núcleos de población, unas instalaciones, que a día de hoy, los militares ya han devuelto a los comuneros, desmantelados y devueltos a su estado original. De hecho, están siendo repoblados y ya no queda ni la sombra de las antiguas construcciones en las que desarrollaban los soldados su adiestramiento.

La Brilat ha culminado en los últimos meses esa reestructuración de la base con la recepción de la práctica totalidad de las nuevas zonas de maniobras, más modernas y que permiten mejorar su capacidad de adiestramiento e instrucción, junto con los sistemas de entrenamiento con los que ya contaban hasta ahora.

Las dos nuevas instalaciones de las que dispone la Brigada son una galería de tiro, diseñada por el propio personal de la base, que permite practicar el tiro tanto de combate como de precisión con fuego real, y un nuevo poblado urbano.

La galería de tiro es un recinto que está construido de tal forma que impide que ninguna bala pueda salir hacia el exterior, incluso de rebote, y que posibilita a los soldados ejercitar su puntería hasta a 200 metros de distancia.

Otra de las nuevas incorporaciones es una reproducción de un Polígono de Instrucción de Combate en Zona Urbana.

Comuneros

Por su parte, los comuneros de Salcedo dedican el canon anual que el Ministerio de Defensa debe pagarle por utilizar sus terrenos a la reforestación del monte con bosque autóctono, áreas de esparcimiento natural y la recuperación del patrimonio cultural de la zona.

El colectivo que preside Fernando Pintos acordó en asamblea que este canon anual se destinará a un plan de inversiones, en el que destaca la restauración y puesta en valor, entre otros, del terreno del lugar de San Martiño, en las inmediaciones de la vieja "aldea afgana".

Se realizaron limpiezas, reforestaciones con especies autóctonas, mejora de los accesos, y otras actuaciones encaminadas a recuperar el monte para el servicio comunal.

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