La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo admitió a trámite la queja presentada por la Coordinadora Antiencoro do Umia sobre el desmantelamiento del embalse de A Baxe. Desde el colectivo hacen un llamamiento a que particulares y otras asociaciones "sensibilizadas con la situación del río" se adhieran a la iniciativa presentada con el objetivo de que la presidenta de la Comisión de Peticiones, Cecilia Wikströn, de prioridad al estudio de la queja y las instancias de la Unión Europea busquen una solución contra la problemática del río Umia, que sufre en sus aguas, a consecuencia del encoro de A Baxe, el microalga microcystis generadora de la toxina microcistina.

"Cuando se hiciera la primera queja la Xunta y el Estado convencieron a las instancias europeas de que éramos unos alarmistas, la evidencia es clara de que todos los riesgos que decíamos que podría provocar la construcción del embalse, por desgracia, se acabaron cumpliendo", afirmaba ayer la portavoz de la Coordinador Antiencoro do Umia, Paloma Fernández, en referencia en referencia a la iniciativa presentada por el colectivo en 1998 -la Petición nº79/1998- y que fue incoada en 2005, un año antes de que los expertos de la Universidade de Santiago de Compostela detectasen en el río la presencia, por primera vez, de la mircrocystis.

Tras diversos años en los que se fue detectada en diferentes niveles la microcystis, la problemática de floración de cianobacterias que provocó que la Xunta decretase el nivel naranja de alerta -el máximo- en el río Umia entre el 23 de junio de 2018 hasta el pasado mes de abril, por lo que desde la Coordinadora presentaron una nueva queja en noviembre en las instancias europeas. La misma fue admitida a trámite por la Comisión de Peticiones.

"Lo que queremos es que se desplacen a Caldas una representación de la Comisión o a expertos a fin de comprobar in situ el estado actual del río y la ausencia de medidas de recuperación y regeneración por parte de las autoridades encargadas de velar por la salud y la preservación de los recursos naturales, muy especialmente por el agua de los abastecimientos a poblaciones", señaló Fernández.

Otra de las peticiones de la queja admitida a trámite es la reapertura del expediente abierto en la iniciativa presentada en 1998. Con ella se reclama que las autoridades competentes "adopten con carácter de urgencia las medidas precisas para la recuperación integral del río, mediante el desmantelamiento de la explotación hidroeléctrica".

Riesgo para la salud

Y que desde la Coordinadora Antiencoro denuncian que, entre otros problemas, los parámetros medioambientales del agua del Umia no reúne las condiciones mínimas exigidas. En ese sentido, la Xunta calificaba las aguas de este río como "buena o muy buena" en su Declaración de Impacto Ambiental publicado en 1996. "En la actualidad es tóxica", afirman desde la Coordinadora que es el embalse el foco de la problemática de un Umia "herido de muerte y convertido en un riesgo para la salud de los miles de ciudadanos de los ocho concellos por los que discurre, además de los daños en la fauna y flora de su hábitat".

"La razón es de peso, no hay ninguna causa que justifique un riesgo para la salud de las personas y la afectación de los recursos sobre los intereses de un particular y su estación hidroeléctrica", señala la portavoz de la Coordinadora. Fernández apuntaba que "hay posicionamientos científicos relevantes que, aunque la Xunta lo niega, mantienen que la situación del Umia puede afectar a la salud de las personas".

Entre los que defienden esta postura destaca el profesor de Zoología Física y director de la Estación de Hidrobioloxía de la Universidade de Santiago de Compostela, Fernando Cobo, que en una entrevista a FARO del pasado 14 de diciembre apuntaba que el consumo de toxinas que pueden aparecer en el Umia podría provocar daños como diarrea, náuseas, cólicos abdominales, fiebre, hepatitis con anoxia, astenia y vómitos si se ingieren altas dosis por vía oral; alternaciones hepáticas crónicas si la ingesta es continuada en bajas dosis de toxina; reacciones alérgicas, dermatitis y obstrucción nasal, entre otros síntomas si el contacto es por vía dérmica; y asma, bronquitis, rinitis o conjuntivitis si se inhalan.

Plazos

La apertura de admisión a trámite de la queja de la Coordinadora Antiencoro abre ahora un plazo de espera hasta que la Comisión inicie las investigaciones. Mientras tanto, se abre un periodo de adhesiones que se puede hacer a través del portal de Peticiones del Parlamento Europeo -https://bit.ly/2VGMYco-.

"No nos queda otra que esperar", indica Fernández, recordando que a la queja de 1998 la respuesta llegó en cinco meses. "Nos dicen que la situación ahora es otra, que reciben muchas más peticiones y, además, con la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo -el 26 de mayo, al mismo tiempo que los comicios municipales- podría retrasar más el trámite", comenta la portavoz del colectivo.

En ese sentido, desde la Coordinadora confía en que Wikströn "sea sensible con la situación de riesgo para la salud que supone la situación del Umia". Para ello, hacen un llamamiento a que particulares y otras asociaciones se adhieran a la queja. Un llamamiento que, en palabras de Fernández, harán extensible a colectivos de todo el país, como ya sucedió en 1998, para que la Comisión de prioridad a la queja y la UE busque una solución para el Umia.