Los concejales de Marea no quieren las medallas que los distingue como tales. En el pleno municipal de ayer se debatió una moción de este grupo en la que se proponía la supresión de la entrega de este distintivo en la ceremonia de constitución de la corporación municipal, por ser "un gasto innecesario y extravagante para una ceremonia simplemente simbólica".

Marea expuso que estas medallas cuestan "más de 9.000 euros" a las arcas municipales, por lo que sus concejales, tras su primera toma de posesión en la corporación municipal, hace ahora cuatro años, las devolvieron al consistorio.

El grupo de gobierno (PP) echó al traste esta propuesta, y la alcaldesa, María Ramallo, explicó porqué. "Pretende afear las conductas y provocar un debate a ver quién es más estupendo, tachándonos a los demás de despilfarradores y atribuyéndose el apelativo de pureza que se auto otorgan". Y a continuación explicó el coste que suponen las polémicas medallas a las arcas municipales: "Una medalla de 360 euros no parece un exceso si se plantea, como se ha hecho siempre, como el otorgamiento de un símbolo que identifica, dignifica y exterioriza la condición que se ostenta".

Amortizadas

Estas insignias suponen -argumentó la alcaldesa- "un coste amortizado de 90 euros al año y si me apura de 7,5 euros al mes. Le parecerá mucho este honor y este coste de esta distinción, que por cierto nada que ver con el coste de otras corporaciones en sus tomas de posesión", añadió.

La alcaldesa afeó a los concejales de Marea que "pretenden dejar en evidencia a las diez corporaciones que de manera ininterrumpida han practicado el obsequio y distinción de la medalla y el escudo".

"Un grupo que tiene el 13 por ciento del apoyo popular pretende vincular a la siguiente y siguientes corporaciones; es un poco osado", indicó la alcaldesa en el inicio de su réplica.

Y el debate de esta cuestión llevó a la primera edil a un análisis de la trayectoria de Marea. "Han adquirido apoyo a lomos de una serie de planteamientos que parecían muy populares, pero que se han evaporado contagiándose del hervor, poco a poco y a fuego lento". Para la alcaldesa, "no han sido capaces de mantener nada de lo que han dicho, han incurrido en abultadas contradicciones y han entrado en las instituciones dando lecciones, sin haberse leído ni las primeras páginas del libro, pretendiendo sentar cátedra", reprochó a los concejales de Marea.

"Toques efectistas"

"Quieren hacer un mundo nuevo, bonito, feliz, perfecto, estupendo, donde todo lo anterior no haya existido y erigiéndose en la voluntad popular absoluta", añadió Ramallo en otro momento de su intervención. Con tono irónico admitió que "los demás debemos echarnos a un lado, porque los toques efectistas y funambulescos habían llegado para quedarse".

La líder del PP local recordó en el pleno que su grupo cuenta "con un apoyo de casi el 48%", tras lo que ofreció a los ediles de Marea la "última oportunidad de recoger sus medallas, que devolvieron de malos modos, de manera pública y porque querían que se notase que los buenos eran ustedes y los santos y puros y los demás estábamos marcados por el pecado original".

Y defendió la distinción que se otorga a los concejales argumentando que contiene el escudo de Marín "que se utiliza para representar a esta institución, porque nos la ponemos, la utilizamos, la guardamos y recordamos que durante cuatro años dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a los asuntos públicos".

Refiriéndose a los próximos mandatos municipales, Ramallo aseguró que "no los va a marcar una moción del cuarto grupo de la corporación", por lo que rechazó la propuesta y anunció que se mantendrán "los símbolos propios de cada sesión de investidura".