Una vez que llega la autorización de la Consellería para iniciar los encuentros con una familia, se llama a las partes implicadas para entrevistas iniciales. Siempre se hacen por separado para conocer las quejas de cada parte para trabajar mejor con el caso.
En alguna ocasión se realiza esta entrevista con los niños, en función de cada situación. "Los niños de cierta edad, aunque no sepan exactamente qué pasa, sí son conscientes de que algo no va bien, ya por el simple hecho de no vivir con los dos miembros de la pareja", explica la coordinadora del punto de encuentro pontevedrés.
Cristina Allo insta a que se vea este servicio como algo positivo que intenta resolver un conflicto.
"Todo depende del momento que viva cada uno cuando se da la situación. A lo mejor tú estás más triste o vengativo... y terminas usando el servicio. Nosotros vemos el servicio como algo útil, pero la gente llega algo temerosa. Entonces, cuando ya llevan unos cuantos meses se dan cuenta de que es algo beneficioso", indica.
"Hay personas que no llegan a cambiar nunca su percepción, pero suelen ser aquellas que vienen obligadas por una sentencia", añade la educadora social.
Respeto de las comidas
El punto de encuentro de Pontevedra cuenta con una sala de espera, otra con televisión, una cocina, un cuarto de baño con ducha y tres habitaciones de juegos para diferentes franjas de edad de los menores.
La cocina, con microondas, también se utiliza cuando el régimen de visitas coincide con alguna de las comidas de los niños, que se deben respetar.
