El Club Naval de Pontevedra aguarda como "agua de mayo" que la Xunta retome su viejo plan de dragado del Lérez, una actuación pendiente de 2011 y que serviría para paliar en parte la caída de ingresos del puerto deportivo por la imposibilidad de utilizar muchos de sus puntos de amarre debido al fango acumulado.

Así se lo planteó la directiva del Club al gobierno local, al que solicita un "alivio" a las cargas económicas de la entidad con una rebaja del IBI, que supone más de 8.000 euros al año. La directiva propone un convenio con el Concello que incluye el actual uso municipal, gratis, de parte de las instalaciones náuticas, para amarrar las embarcaciones de Bomberos y Protección Civil.

Tras el encuentro de ayer con el alcalde, Miguel Fernández Lores y los concejales Luís Bará, Anxos Riveiro y Raimundo González Carballo, este último no ofreció garantías sobre esta petición fiscal y se limitó a señalar que "se estudiará por parte de los técnicos municipales". El edil recortó que la política tributaria "está reglada" y "no siempre es posible" aplicar bonificaciones.

La reunión también abordó la posible colaboración municipal para financiar las obras que el Club Naval debe ejecutar en el recinto dentro de la renovación de la concesión por parte de Portos de Galicia haya 2033. Esta concesión incluye otros gastos, como un canon anual de al menos 20.000 euros y una tasa por barco amarrado.