El consejero delegado de Ence, Ignacio Colmenares, insistió en que el principal perjudicado de toda esta situación de confirmarse un cierre de la fábrica de Pontevedra será el empleo y un tejido económico gallego en el que actualmente no sobran las empresas que estén invirtiendo y en las que varias industrias potentes corren el riesgo de cerrar. "Que se carguen una compañía exitosa y en expansión, que está creciendo y creando puestos de trabajo y que está invirtiendo estas cantidades es una irresponsabilidad tremenda", aseguró.

Una empresa que, recordó, "está en la UE por lo que si además no estuviéramos cumpliendo la legislación europea en materia medioambiental estaríamos cerrados".

Colmenares aseguró que si se confirmasen los peores presagios para la planta de Lourizán "sería una faena para la compañía, pero nos pilla con un balance sólido" y se recuperaría. También lo considera una "faena" para el accionista, que ha visto caer el valor de sus acciones un 30% desde que se conoció la noticia, pero confía en que también se recuperen los valores. "Realmente habría un único afectado de todo esto que es el empleo, las cinco mil familias que viven de esto", explicó.

El consejero delegado de Ence también insistió en que el traslado de la fábrica es inviable, una "quimera" y menos dentro de Galicia. Reiteró que ya existe un informe, que por cierto está incorporado a los procesos judiciales abiertos contra la prórroga, en el que se señala que no existe una ubicación alternativa para la pastera que cuente con las condiciones que reúne actualmente el emplazamiento de Lourizán.

Colmenares considera que esta posibilidad del traslado se plantea ahora por determinados partidos políticos por no sentirse "los malos" como responsables de la marcha de Ence de Pontevedra.