Donde el descenso de la natalidad y el despoblamiento del rural se deja notar con fuerza es en las escuelas unitarias, pequeños centros que aún sobreviven en aldeas o parroquias de toda la comarca. En estos casos el límite mínimo que exige la Consellería de Educación para mantenerlas abiertas es de seis alumnos, y son muchos los centros que emprenden campañas para llegar a esa cifra, aunque a veces no ocurre.

Es el caso de la escuela de Aios, en Sanxenxo, que aguarda por un niño para seguir abierta. En situación parecida estaban la pasada semana la de Arcos de Furcos, en Cuntis, las de Amil y Espedregueira, ambas en Moraña. Todas ellas aguardaban un "milagro" como el ocurrido en Curro (Barro), donde se completó la matrícula a última hora.